

El ground breaker necesario para anticiparnos al futuro que viene no es Superman, sino es el líder transformacional humanista

Las organizaciones se enfrentan a cambios cada vez más rápidos y profundos. Disrupciones de la demanda provocadas por la COVID-19, la entrada de nuevos tipos de consumidores, cambios en los patrones y hábitos de comportamiento de los consumidores, unos consumidores más sofisticados y con más información, la entrada de las nuevas tecnologías en la oferta y en la demanda, la aceleración de la introducción de nuevos productos y servicios por parte de los competidores o las legislaciones para impulsar la sostenibilidad de los ecosistemas son algunes ejemplos de estos cambios.
A ello hay que sumar la situación política y económica, entre otros aspectos, con unas tasas de inflación elevadas e inciertas con respecto a sus expectativas, subidas de los tipos de interés realizadas por los bancos centrales para intentar frenar la inflación, el aumento de los costes del transporte y de la energía, potenciales restricciones energéticas y conflictos bélicos con posicionamientos geopolíticos diversos y múltiples según los países. Esta situación va a provocar probablemente la desaceleración de la demanda y una recesión económica que muchos gobiernos y economistas ya están anunciando.
Con una mayor aceleración de los cambios en la demanda y la oferta y con un escenario potencial de desaceleración económica generalizada, las empresas y sus directivos se enfrentan a mayores incertidumbres, que deberán gestionar de forma ágil para adaptarse lo más rápidamente posible y poder sobrevivir. En este entorno, el liderazgo transformacional resulta más necesario que nunca en las organizaciones.
La literatura se refiere al liderazgo transformacional como aquel tipo de liderazgo en que el líder mueve al seguidor más allá de sus intereses personales inmediatos, a través de su influencia idealizada (carisma), inspiración, estimulación intelectual o consideración individualizada. En contraposición al liderazgo transaccional, que intenta alcanzar los intereses propios de ambas partes, el transformacional incrementa el grado de madurez y los ideales del seguidor, así como la preocupación por el logro, la autorrealización y el bienestar de los demás, de la organización y de la sociedad. Si, adicionalmente, se provee una brújula moral que dirige la organización mediante decisiones éticas y responsabilidades, surge el liderazgo transformacional humanista. Estas características pueden aplicarse tanto a los equipos como a las organizaciones.
El líder transformacional es capaz de imaginar un futuro deseable teniendo en cuenta la percepción colectiva y articula cómo alcanzarlo, predica con el ejemplo, establece altos niveles de rendimiento para hacer crecer a las personas, muestra determinación y confianza, ayuda los seguidores a ser más innovadores y creativos atendiendo a sus necesidades de desarrollo, les apoya y entrena, anima y motiva, y delega tareas que constituyan oportunidades de crecimiento.
Se ve afectado por su desarrollo moral y personal, así como por su formación y educación. La madurez moral fruto de las normas morales de su familia, el planteamiento de retos difíciles con el apoyo paternal, independientemente de su éxito, y las experiencias de liderazgo en la escuela y en las actividades extraescolares son aspectos que ayudan a conformar este liderazgo. La formación en liderazgo en programas de educación superior promueve y ayuda a desarrollar este tipo de liderazgo.
El liderazgo transformacional es hoy en día una necesidad para poder abordar las incertidumbres actuales y futuras, ya que es capaz de modificar el sistema organizativo para alinearlo con la visión de la empresa, logra cambiar los valores de las personas, proporciona una nueva visión para el futuro, involucrando a todos los stakeholders de la organización, y la comunica de forma efectiva, alineándola con los nuevos objetivos.
Tiene un efecto directo y positivo sobre la innovación organizativa, tanto incremental como disruptiva; promueve la comunicación de arriba abajo y de abajo arriba; aumenta el afán de la empresa por innovar, considerando y aprovechando los cambios urgentes en materia de sostenibilidad medioambiental, y aumenta la capacidad de innovación continua y sostenible, desarrollando la agilidad para llevar a cabo nuevas tareas y actividades en respuesta a emergencias y cambios inesperados y no deseados, consecuencia de las necesidades del mercado o de las demandas de los clientes. Asimismo, tiene un efecto positivo con la generación del cambio, para el cual se mantiene abierto y preparado, al tiempo que evita la resistencia a él y el cinismo que aflora a raíz de cualquier cambio.
Con respecto a las personas, promueve la adopción de unas políticas centradas en las personas, la vocación de servicio, la mentoría y el altruismo; unifica la visión sobre el rendimiento de la organización, teniendo en cuenta las necesidades de los equipos, tanto presenciales como virtuales, y las personas individuales, aumentando su compromiso y rendimiento; tiene un efecto virtuoso sobre los equipos humanos, que desarrollan una mayor capacidad de innovación, al tiempo que incrementa la capacidad de aprendizaje individual, creando las condiciones para dejar que el individuo experimente y acompañándolo en su crecimiento y en el de sus equipos, y positiviza las actitudes sobre el cambio, con lo cual aumenta la probabilidad de implementarlo con éxito. Ello se traduce en una reducción del agotamiento y del burnout de las personas, de su pereza y de la holgazanería social, y en el aumento de la motivación individual.
No es un liderazgo exclusivo de los altos directivos de las organizaciones, sino que todos los líderes o directivos de empresas que necesiten transformarse y transformar sus organizaciones para prepararlas ante los retos futuros van a necesitar, sin duda, desarrollar sus capacidades de líderes transformadores para lograr responder a los cambios del entorno o de los consumidores de una forma más rápida y eficiente que sus competidores. Afortunadamente para todos ellos, estas capacidades pueden ser enseñadas y aprendidas. ¿Quién, entonces, no deseará emprender este camino?

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