

Empleabilidad y aversión al riesgo profesional

En el mundo del dinero, los inversores aversos al riesgo priorizan los productos conservadores para mantener su patrimonio, frente a una potencial mayor rentabilidad futura, derivada de unos productos más volátiles y arriesgados. Se trata de una decisión muy personal y que –acertada o no, según los casos– debe tomarse meditando bien múltiples variables.
Sin embargo, en el mundo laboral actual, no podemos permitirnos el lujo de ser “aversos al riesgo”.
Hoy no podemos enfocarnos principalmente en mantener nuestro “patrimonio laboral”, sin aprender continuamente y ensanchar nuestra zona de confort.
Hay múltiples factores que nos empujan a tomar riesgos laborales inteligentes y a evitar inercias profesionales dañinas: la disrupción brutal y permanente que se produce en numerosos sectores y puestos de trabajo, las habilidades críticas que aparecen y desaparecen, los cambios estratégicos y tecnológicos de todo tipo, la globalización del mercado de trabajo…
Por ello, sentirnos cómodos sin alimentar nuestro anhelo por progresar, sin curiosidad y sin adoptar una actitud de “aprendiz” (más allá de nuestro bagaje previo, nuestros éxitos pasados o nuestros años de experiencia,) es la manera más rápida y directa de perjudicar nuestra empleabilidad.
Cerca de 300 millones de trabajadores tendrán que reciclarse en nuevos puestos en 2030
Según un informe de McKinsey, cerca de 300 millones de trabajadores tendrán que reciclarse en nuevos puestos en 2030, debido a la disrupción laboral derivada de los avances tecnológicos actuales.
Así pues, parece claro que el reciclaje profesional ya no es una “asignatura optativa” y reservada para profesionales con sana ambición o que buscan una promoción horizontal o vertical.
Hoy el reciclaje y el desarrollo profesional continuo son una “asignatura obligatoria” durante toda nuestra vida laboral. Nuestra mentalidad debe evolucionar hacia ser “intraemprendedores laborales” y protagonistas de nuestro destino profesional, ya sea por cuenta propia o ajena.
Afortunadamente, hoy hay más herramientas, formación e información que nunca para los profesionales con madurez y con ganas de evolucionar, y recursos de apoyo para quienes tienen más dificultades.
El reciclaje profesional ya no es una “asignatura optativa” y reservada para profesionales con sana ambición o que buscan una promoción horizontal o vertical
Además, muchas organizaciones públicas y privadas están impulsando programas de formación para optimizar nuestro desempeño en el rol actual (upskilling) o para reciclarnos para puestos emergentes (reskilling) y mantener nuestro valor laboral.
Es evidente que el mundo laboral en los próximos años será más competitivo y muy dinámico, y nos exigirá un reciclaje continuo.
¿Es esto un riesgo o una oportunidad? Pues según como se mire. Creo que el futuro dará la bienvenida a los inconformistas e inquietos. Me parece que estas son actitudes que vale la pena potenciar, tanto en nuestra esfera profesional como en la personal.
Soy optimista sobre el futuro laboral, más allá de sus evidentes claroscuros. Me parece fundamental reinventar los sistemas de apoyo a la inserción o a la reinserción laboral, para potenciar la madurez de las personas que buscan empleo. No solo hay que ayudarles a encontrar trabajo, sino ir más allá y entender mejor sus motivaciones y su auténtico valor laboral, evitando el paternalismo y fomentando su autorresponsabilidad.
Creo que, si nos centramos en nuestras fortalezas y en nuestro autodesarrollo y atendemos a las necesidades del mercado, seremos empleables. Seguro que no será fácil ni rápido en muchos casos, pero desde luego es factible.
Por otro lado, es una responsabilidad social colectiva reducir las tasas de paro y aumentar la calidad del empleo, potenciando las sinergias entre la educación y el trabajo. Es en este sentido que todas las organizaciones (públicas, privadas y tercer sector) hemos de dar un paso adelante para construir nuestro futuro.
Toca jugar a ganar y pensar en grande, sin obviar que vamos a enfrentarnos a unos retos laborales muy complejos.

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