¿Cómo reportan las escuelas de negocios sobre su sostenibilidad social?

Las escuelas de negocios están a la vanguardia en cuanto a investigación sobre prácticas de sostenibilidad social corporativa. Sin embargo, sus procesos de reporte son heterogéneos y se enfrentan a grandes retos.

Mar Vila
Soledad Moya

Cuando Mar Vila y Soledad Moya, de Esade, revisaron las prácticas de presentación de informes de las 20 mejores escuelas de negocios europeas, descubrieron que no hay estándares comunes, los recursos son limitados y los procesos, inconexos.  

La investigación publicada en la revista Sustainability Accounting, Management and Policy Journal evalúa la presentación de informes sobre sostenibilidad social y destaca como áreas relevantes las siguientes: diversidad e igualdad de oportunidades; ética, integridad y derechos humanos; buena salud y bienestar; desempeño social; y problemas societales. 

Vila y Moya afirman que los resultados permiten entender mejor las medidas que han de tomarse para mejorar la exhaustividad y la comparabilidad de los informes de sostenibilidad social en las escuelas de negocios.  

Es necesario realizar una revisión 

Hace casi 20 años que el mundo de la investigación viene requiriendo que se revisen urgentemente los procesos de elaboración de informes de sostenibilidad de empresas e instituciones. Se trata de un área con un amplio impacto: las prácticas de sostenibilidad social de las organizaciones afectan a empleados, clientes y comunidades.  

Los informes de sostenibilidad social actuales no son uniformes ni comparables

Las escuelas de negocios, por su responsabilidad en la creación y transmisión de conocimientos a la sociedad y la formación de los futuros profesionales, no pueden seguir manteniéndose ajenas a estos procesos de revisión. 

A pesar de ello, los informes de sostenibilidad social de las Instituciones de Educación Superior (IES) no son uniformes ni comparables. Se han creado diversos marcos para fomentar las prácticas de presentación de informes sobre desarrollo sostenible en las organizaciones, pero no son marcos específicos para las IES.  

La evolución de los marcos de presentación 

Las Naciones Unidas impulsaron Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible de 2005 a 2014 con la finalidad de integrar principios y prácticas en la educación. En la investigación realizada se han encontrado muy pocas pruebas del impacto que tuvo.  

En 2007, se establecieron los seis principios de las Naciones Unidas para la Educación en Gestión Responsable (PRME) con el objetivo de mejorar el perfil de la sostenibilidad en las escuelas de todo el mundo, pero ninguno de ellos se centraba exclusivamente en la dimensión social. 

En 2012 se lanzó la Iniciativa de Sostenibilidad de la Educación Superior (HESI), una colaboración abierta entre las entidades de las Naciones Unidas y la comunidad de la educación superior. Esta iniciativa ha tenido cierto éxito: la HESI organiza un foro mundial anual para tratar temas relacionados con la educación superior, y varias IES han manifestado estar determinados a asumir los compromisos. 

La Guía de las Naciones Unidas para la presentación de informes corporativos sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (UNSDG) también ha tenido cierto éxito en las IES. Algunas escuelas de negocios europeas han adoptado sus directrices y están vinculando la enseñanza y la investigación a unos objetivos específicos, una recomendación clave de Vila y Moya. 

Por otra parte, algunas IES han adoptado los estándares de la Iniciativa de Informes Globales (GRI), un conjunto de estándares voluntarios que respaldan la presentación de informes sobre iniciativas de sostenibilidad. Sin embargo, dichos estándares tampoco son específicos de la educación. 

Falta de estándares comunes 

Esta variada, y en ocasiones incompleta, colección de directrices que se ha ido introduciendo durante los últimos veinte años ha hecho que existan unas diferencias enormes en los informes elaborados por las IES. Los distintos niveles de innovación de las IES, su tamaño y visibilidad, su estilo de liderazgo y su estructura de participación influyen en el estilo y en el contenido de sus informes de sostenibilidad.  

Vila y Moya descubrieron que la clasificación y la imagen de las escuelas también afectan a los informes. Las escuelas mejor clasificadas por el Financial Times publicaron más información sobre sostenibilidad, y los valores sociales con los que la escuela quería que se le vinculase (relativos a aspectos como la identidad de género, la raza o la discapacidad) recibieron más atención. Las investigadoras indican que tal atención puede estar relacionada con prácticas de marketing, más que con los verdaderos objetivos de responsabilidad social

Los canales de comunicación también cambiaban según la escuela. Aunque algunas escuelas publicaban informes de sostenibilidad, en muchas sus informes se limitaban a contenido informal publicado en sus sitios web. Esta falta de uniformidad hace que sea difícil comparar unas con otras y que las expectativas de las instituciones sean distintas, el nivel de detalle limitado y la aplicación estratégica de los estándares deficiente

Creación de un marco futuro 

Teniendo en cuenta este contexto dividido, ¿cómo formalizan las escuelas de negocios los informes sobre su responsabilidad en sostenibilidad? Un buen punto de partida sería incorporar los temas de sostenibilidad social de los objetivos UNSDG y los principios UNPRME en los planes de estudios y programas de investigación, afirman Vila y Moya.  

Y añaden que dicha información también debería incluirse a nivel estratégico e involucrar a una amplia gama de partes interesadas y asociaciones con otras escuelas

Se ha de adoptar un método colaborativo e interdisciplinario para gestionar medir e informar sobre el impacto

Sin embargo, para poder ser realmente eficaces, los organismos reguladores deberían adelantarse a desarrollar un estándar de presentación de informes común que sea específico de las escuelas de negocios. Un estándar de este tipo permitiría a las escuelas entablar un diálogo fructífero con las partes interesadas y mejorar la legitimidad y visibilidad de sus objetivos e informes de sostenibilidad, observan Vila y Moya. 

Mientras tanto, las escuelas deben tomar la iniciativa de estandarizar sus propios procesos de presentación de informes de sostenibilidad. La prioridad debería ser adoptar un método colaborativo e interdisciplinario con el fin de desarrollar sistemas para gestionar, medir e informar sobre el impacto que tienen las medidas de sostenibilidad.  

Las investigadoras concluyen que las escuelas de negocios tienen la responsabilidad de brindar una educación sostenible. Después de pasar tantos años hablando sobre sostenibilidad, ahora ha llegado el momento de actuar. 

Todo el contenido está disponible bajo la licencia Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.