

Romper el círculo vicioso de la depresión
Por qué los bajos estados de ánimo limitan nuestra capacidad de sentirnos mejor
Artículo basado en una investigación de Jordi Quoidbach
Las personas al borde de la depresión a menudo sienten que consejos como "haga algo que le haga disfrutar" son clichés poco útiles. En vez de ayudar, este tipo de consejo puede hacer que las personas sientan que resta importancia a su problema, porque implica que lo único que necesitan para superarlo es "animarse".
Sin embargo, al igual que muchos clichés, este consejo refleja una verdad importante.
La mayoría de las personas, estén o no deprimidas, saben que hay ciertas actividades que contribuyen a mejorar su estado de ánimo. Pero entonces, ¿por qué a veces nos resulta tan difícil hacer cosas que sabemos que podrían animarnos justo cuando más lo necesitamos?
Jordi Quoidbach, experto en emociones y profesor de Esade, investiga este dilema en un estudio publicado en la revista JAMA con sus coautores Maxime Taquet (Departamento de Psiquiatría, Universidad de Oxford) y James J. Gross (Departamento de Psicología, Universidad de Stanford).
Los resultados de la investigación desvelan qué papel juega la homeostasis del estado de ánimo –eso es, la capacidad de estabilizar el estado de ánimo a través de actividades– cuando las personas sufren depresión o bajo estado de ánimo.
La homeostasis del estado de ánimo es la capacidad de estabilizar el estado de ánimo a través de actividades
Homeostasis del estado de ánimo: pasos hacia la autoayuda
La investigación, que analiza una muestra de población a gran escala, define la homeostasis del estado de ánimo como la medida en que una persona puede elegir y llevar a cabo actividades gratificantes para mejorar su estado de ánimo cuando este es bajo. Actividades como, por ejemplo, hacer ejercicio o el cuidado personal, pueden contribuir a mejorar nuestro estado de ánimo.
Según los autores, una persona con un nivel elevado de homeostasis tiende a abordar actividades aburridas o desagradables cuando está de buen humor, e intuitivamente lleva a cabo alguna actividad reconfortante cuando la necesita.

Esta actitud refleja una combinación compleja de autoconocimiento –la capacidad de darse cuenta del estado de ánimo–, autodisciplina y preferencia temporal. Se trata de una combinación de cualidades personales que son necesarias para conseguir hacer cosas difíciles cuando se dispone de fortaleza mental, en lugar de cuando es necesario hacerlas de forma urgente y desesperada.
Los resultados del estudio identifican una conexión innegable entre dos factores: un nivel bajo de homeostasis y un historial depresivo. Pero saber cuál va primero en términos de causalidad sería objeto de otro estudio. ¿La falta de capacidad para elegir las actividades adecuadas que estabilicen el estado de ánimo desencadena la depresión? ¿O las personas que son propensas a sufrir depresión tienen más probabilidades de tomar malas decisiones a la hora de priorizar su tiempo y compromisos?
Lo que nos gustaría hacer vs. lo que tenemos que hacer
Nuestras vidas se basan en una serie de tareas y compromisos. Algunas nos llenan de alegría y otras no, y parte de la vida adulta consiste en aprender a gestionar esta realidad y tomar decisiones para cuidar de nuestra salud, ganarnos la vida y conseguir objetivos.
La mayoría de las personas logran este equilibrio cuando su salud emocional es buena. Descuidar aspectos del cuidado personal o el entorno familiar pueden señalar que alguien está sufriendo un deterioro del estado de ánimo.

Quoidbach y sus coautores han descubierto que las personas alcanzamos la homeostasis de forma natural a través de la siguiente combinación: evitando las cosas que hacen que baje nuestro estado de ánimo y haciendo cosas que contribuyan a mejorar cómo nos sentimos. Las personas con historial depresivo, según los resultados del estudio, muestran más dificultades para conseguir este equilibrio y tomar las medidas oportunas para cambiar las cosas.
Los investigadores afirman que aunque muchos de los efectos derivados de cada actividad son, por sí solos, poco relevantes, cuando se combinan entre sí los efectos acumulativos podrían cobrar fuerza y derivar en una espiral negativa que desemboque en un estado depresivo. O, en su vertiente positiva, podrían ayudar a potenciar aspectos positivos que permitan asumir nuevos retos y actividades que mejoren nuestro estado de ánimo.
¿Qué pasa cuando no es posible elegir?
Los autores muestran interés por explorar estos resultados en el contexto actual de pandemia en el que las restricciones sobre las actividades personales afectan a millones de personas en todo el mundo.
Si bien la conexión entre estar confinado y el impacto en la salud mental parece obvia e intuitiva, el papel de la homeostasis como mecanismo para explicarlo será, sin duda, objeto de investigaciones futuras cuando el mundo vuelva a una nueva normalidad y se intente dar sentido a esta extraña etapa.
La capacidad de elegir cómo invertimos nuestro tiempo es una poderosa forma de potenciar nuestra autoestima
Muchas de las actividades citadas en el estudio incluyen actividades en espacios abiertos, sociales y de conexión con los demás: actividades, precisamente, prohibidas para muchos estos días. La capacidad de elegir cómo invertimos nuestro tiempo también es una poderosa forma de potenciar nuestra autoestima, algo que la vida de confinamiento nos ha arrebatado, forzándonos a actividades más introspectivas y solitarias.
Ayudar a los demás a ayudarse a sí mismos
Sean cuales sean las circunstancias, los resultados de esta investigación tienen implicaciones importantes para el tratamiento futuro de la depresión. Los autores recomiendan llevar a cabo nuevos estudios para comprender la relación causal entre la homeostasis del estado de ánimo y el estado mental. Es evidente que existe potencial para desarrollar intervenciones terapéuticas más efectivas.
Enseñar a los pacientes a comprender cómo pueden identificar y mejorar su nivel de homeostasis del estado de ánimo podría "ayudarlos a ayudarse a sí mismos". Un consejo que podría parecer demasiado frívolo e inadecuado para ayudar a personas al borde de la enfermedad ahora podría tener aplicación práctica.
Artículo de investigación original: Taquet M, Quoidbach J, Gross J et al. Mood homeostasis, low mood, and history of depression in 2 large population samples, JAMA Psychiatry (2020)
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