El empresariado social mira al futuro con optimismo y expectativas de crecimiento

El informe sobre España del European Social Enterprise Monitor (ESEM), elaborado por el Esade Center for Social Impact, radiografía las empresas sociales y el estado del sector en el país

Equipo Do Better

Una empresa social es un operador de la economía social cuyo objetivo principal es generar un impacto social o medioambiental positivo, en vez de obtener beneficios para sus propietarios y accionistas. 

En un contexto en que el sistema de mercado o las respuestas centralizadas no siempre son capaces de dar respuesta a los retos colectivos, los emprendedores sociales pueden aplicar soluciones innovadoras que contribuyan a resolver los retos de manera eficaz y sostenible. 

Las perspectivas de este modelo empresarial son alentadoras. Un informe elaborado por el Esade Center for Social Impact (ECSI) indica que en torno a un 40 por ciento obtuvo beneficios durante el último ejercicio y el 25 por ciento se mantuvo sin pérdidas. En cualquier caso, la enorme mayoría planea escalar su negocio en el próximo año y más de la mitad, contratar a más gente

ESEM empleados
Fuente: European Social Enterprise Monitor-informe sobre España

El informe se basa en encuestas a empresas del sector de 21 países europeos. En España en concreto se han obtenido respuestas de 80 organizaciones entre 2020 y 2021. Los resultados, basados en la autoevaluación de las empresas, aportan una visión optimista sobre el estado del sector. 

Radiografía del sector en España 

Según la Confederación Empresarial Española de la Empresa Social (Cepes), el emprendimiento social representa actualmente el 10% del PIB e involucra a 43.192 empresas que generan más de 2 millones de puestos de trabajo, directos e indirectos. Su relevancia es cada vez mayor, sobre todo a la hora de crear soluciones imaginativas a problemas sociales urgentes.  

Los emprendedores experimentan con soluciones innovadoras que permiten entender qué modelos de actuación funcionan mejor. Esto genera unos aprendizajes imprescindibles para abordar los retos de manera eficaz y sostenible”, comenta Guillermo Casasnovas, profesor adjunto del departamento de Sociedad, Política y Sostenibilidad en Esade y coautor del ESEM. 

El emprendimiento social representa el 10% del PIB y emplea a más de 2 millones de personas

Este tipo de empresas están muy enraizadas dentro del sistema socioeconómico español. El estudio demuestra que la mayoría tienen una trayectoria superior a los diez años. Sobre todo, representan a la pequeña y mediana empresa. En este sentido, la gran mayoría ya han definido su posición en el mercado y están en etapa de implementación y crecimiento

Aunque abundan las sociedades limitadas y las asociaciones, no hay homogeneidad jurídica, con lo que es difícil establecer un estatus legal especifico. La elección de la forma jurídica es uno de los mayores dilemas de estas empresas.  

Gran parte del emprendimiento social consiste en iniciativas de proximidad

En este sentido, la asociación, la fundación o la cooperativa facilitan el funcionamiento de las entidades sin ánimo de lucro, mientras que las formas mercantiles como la sociedad limitada proporcionan un mayor acceso al capital. 

En cuanto al alcance de sus actuaciones, gran parte de los emprendedores sociales se centran en iniciativas nacionales de proximidad. Es precisamente en esta proximidad donde son más efectivas.  

Compromisos con el bienestar social y el medioambiente 

La ONU establece hasta 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como parte de la Agenda 2030, y las empresas sociales tienen un papel clave en su cumplimiento. Según los datos de la ONU, recogidos en un informe elaborado por PwC, es necesaria una inversión mundial anual de 6 billones de dólares a nivel mundial para el cumplimiento de estos ODS, pese a que en la actualidad existe un déficit de 2,5 billones —la mayor parte en países en desarrollo—. 

Casi todas las empresas sociales españolas conocen los ODS. Entre los principales objetivos a los que se adhieren se encuentran reducir las desigualdades sociales, promover el trabajo decente y el crecimiento económico, la igualdad de género y la salud y el bienestar, así como generar alianzas para lograr objetivos

ODS

La mitad de estas empresas señalan que buscan beneficiar a la sociedad en su conjunto, mientras que 7 de cada 10 también indican su interés por ayudar grupos específicos de personas. Pese a ser grupos muy diversos, todos comparten un factor común: sufren algún grado de vulnerabilidad, discriminación o exclusión social

Dentro del espectro de personas vulnerables, destaca su preocupación por la salud mental y la discapacidad psicológica, los desempleados de larga duración o la discriminación de género. También preocupa la infancia y la inmigración.  

Impacto en tiempos de crisis 

La pandemia de Covid también afectó al emprendimiento social, y los efectos todavía perduran. En este sentido, un 36,3% de las empresas sociales sufre todavía un decrecimiento de sus ventas, y 1 de cada 3 organizaciones sigue luchando contra las consecuencias de negocios cerrados o eventos cancelados. 

Sin embargo, su actividad durante aquellos meses se volcó en dar una respuesta rápida a las necesidades de una sociedad desconcertada. La mitad de estas empresas realizó actuaciones específicas para ayudar a su grupo objetivo. 

Pese a que la crisis energética y la inflación siguen siendo motivos de preocupación generalizada, el sector mira al futuro con optimismo. Más de un 70 por ciento de las empresas espera un incremento en sus ingresos respecto a años anteriores. El 41 por ciento aseguró haber obtenido beneficios en el ejercicio pasado. 

La importancia de las políticas públicas

Uno de los principales problemas que enfrentan las empresas sociales es el de la financiación. Para corregir este déficit, muchas apuestan por las ayudas públicas. Una de cada dos entidades solicitó una subvención pública y aproximadamente el 70 por ciento de las que lo hicieron la obtuvieron.  

La Unión Europea también ofrece ayudas a estas empresas. Un 45 por ciento solicitó financiación de la UE. Lo más demandado fue el Fondo Social Europeo (FSE), que centra su apoyo a las empresas sociales como fuente de empleo de personas con dificultades para conseguirlo, como desempleados de larga duración o personas con diversidad funcional.

Una de cada dos entidades solicitó una subvención pública 

Respecto a su fuente de ingresos, los emprendedores sociales basan su negocio en el comercio de productos o servicios. Esta partida llega al 60 por ciento de su volumen de ingresos. El 40 por ciento restante lo completan diferentes ayudas públicas. La implicación de los órganos públicos con el sector y la definición de políticas públicas son vitales para su funcionamiento. 

Desde las empresas sociales se pide un marco específico para el sector. En junio de 2022, el Congreso de los Diputados acordó crear la figura jurídica de Sociedades de Beneficio e Interés Común (SBIC) que serviría para reconocer aquellas empresas centradas en generar beneficios sociales más allá del retorno económico. Sin embargo, falta por ver su implementación. 

Además, el pasado 14 de diciembre, el ministerio de Trabajo y Economía Social publicó en el BOE su Plan Integral de Impulso a la Economía Social que dotará con 99,3 millones de euros para impulsar proyectos innovadores. Esta iniciativa forma parte del Perte de Economía Social y del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. 

Un enfoque innovador para enfrentarse a los problemas sociales

En el caso de las empresas sociales, la innovación puede llegar con nuevos productos o servicios, pero también con modelos de negocio, de jerarquización del trabajo, modelos de impacto, o maneras de liderar la empresa. En la era digital, las nuevas tecnologías también juegan un papel importante, principalmente las aplicaciones móviles y las plataformas tecnológicas. 

ESEM innovación
Fuente: European Social Enterprise Monitor-informe sobre España

Respecto a la empleabilidad, la igualdad de género está muy extendida en todo el tejido empresarial, desde los puestos asalariados a los directivos. Además, 6 de cada 10 empresas cuentan con trabajadores de diferentes orígenes étnicos. Por otro lado, cabe destacar que hasta el 12,5 por ciento de estas empresas no tienen ningún asalariado. 

ESEM igualdad
Fuente: European Social Enterprise Monitor-informe sobre España

Las limitaciones del emprendimiento social 

Pese al potencial impacto del tejido empresarial social, todavía existen importantes déficits. El informe señala tres grandes barreras que dificultan la actividad de estas organizaciones. 

La primera es el acceso a la financiación pública, que es percibido como demasiado complejo. A esto se añade que el 65 por ciento de las empresas sociales considera que el apoyo político al emprendimiento social es bajo, muy bajo o inexistente. 

El complejo acceso a la financiación pública es la principal barrera detectada

La segunda barrera es la escasa comprensión de su trabajo por parte de bancos, inversores y organizaciones de apoyo. La tercera y última es la ausencia de un marco fiscal que facilite su actividad.  

El diagnóstico del European Social Enterprise Monitor parece claro. El emprendimiento social es una herramienta esencial en el contexto socioeconómico actual, pero necesita de mayor apoyo para que pueda desplegar todo su potencial.

Todo el contenido está disponible bajo la licencia Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.