¿Es la gestión de alianzas una profesión?

El creciente interés académico en torno a la colaboración en alianzas y redes plantea la cuestión de si la gestión de alianzas se convertirá en una nueva función profesional en las organizaciones o en una competencia transversal

Jaap Boonstra

La colaboración entre organizaciones está aumentando considerablemente con el fin de abordar los retos sociales. Durante el boom de este año se publicarán cuatro libros sobre colaboración mediante alianzas y redes. Ello nos lleva a plantear la cuestión de si la gestión de las alianzas se está convirtiendo en una profesión. 

La gestión de las alianzas como profesión 

Establecer alianzas y gestionarlas ¿es una profesión o una disciplina con su propia metodología, practicada por unos profesionales específicos, que se han formado con este propósito? ¿O bien se trata de una serie de ideas y principios de actuación que son importantes para todos los participantes en la alianza?  

La gestión de alianzas reúne a personas diferentes para buscar una identidad común y un sentido compartido

Analizando los conceptos, ejemplos y buenas prácticas del libro Alianzas estratégicas que crean valor, resulta todo un arte tener en cuenta los factores de fracaso, las condiciones de éxito y las paradojas de todo tipo que surgen a la hora de formar alianzas, constituirlas, desplegarlas y transformarlas. Pero, la gestión de las alianzas en sí ¿es también una profesión concreta? 

Pensar y actuar de forma multidisciplinar 

A la hora de formar alianzas, constituirlas, desplegarlas y transformarlas, entran en juego conocimientos de múltiples disciplinas. Disponer de una visión general de las diversas fuentes de conocimiento permite actuar de forma apropiada en todas las fases de la alianza. 

Formar y constituir alianzas implica buscar a los socios más adecuados para desarrollar la idea soñada a través de una valiosa ambición, eligiendo la estructura jurídico-fiscal más adecuada, formular unos objetivos claros y optar por un modelo de gestión transparente. Se requieren unas determinadas habilidades para entablar relaciones y trabajar en la confianza mutua, basada en una ambición clara y en unos valores compartidos. Además, se trata de reunir a personas procedentes de mundos distintos y buscar una identidad común y un sentido compartido. Trabajamos para establecer una visión estratégica, formular unos objetivos, buscar el enfoque deseado, denominar unas actividades concretas y dividir tareas y roles. 

Conocimientos de organización y competencias sobre procesos  

Es esencial tener conocimientos organizacionales para la formación y el buen funcionamiento de las alianzas, así como competencias sobre los procesos y buen ojo para detectar las respectivas diferencias que surgen en la colaboración. También es un arte saber reconocer las paradojas y abordar las diferencias, así como detectar los puntos de estancamiento y tratarlos a la hora de establecer y desarrollar alianzas. Es esencial analizar los problemas y las oportunidades desde múltiples perspectivas, así como en qué consiste la verdadera participación. Establecer un entorno de aprendizaje para mejorar continuamente el funcionamiento y la cooperación de la alianza es una habilidad que requiere muchos conocimientos basados en la experiencia. 

Un vasto campo de conocimiento 

Para tener éxito en la cooperación transnacional entre distintas organizaciones se requieren conocimientos de las distintas formas de alianzas, estructuras jurídico-fiscales, posibilidades organizativas, estructuras administrativas, anclajes relacionales y culturas organizativas, así como de las diferencias entre las culturas globales y los procesos socio-dinámicos. La creación y el desarrollo de alianzas puede verse como un vasto campo de conocimiento que resulta de reunir unos conocimientos y unas experiencias multidisciplinares. Los conocimientos que se derivan de ese campo multidisciplinario de conocimiento son relevantes para todas las personas que trabajan en alianzas. 

Habilidades sociales 

Para crear y desarrollar alianzas basadas en valores, se requiere la participación de personas que no solo posean dichos conocimientos, sino que además tengan una actitud abierta, flexible y multicultural hacia los demás que quieran participar en ellas. Solo así podrán superarse los conflictos, en su caso. Reunir estos conocimientos, tener esta actitud y desarrollar una metodología para formar alianzas, constituirlas, desplegarlas y transformarlas es, sin duda, una competencia.

La gestión de las alianzas no es una profesión exclusiva, sino una competencia que deben tener todos los participantes en la alianza

Esta competencia pueden desempeñarla todas las personas que participan en la alianza, junto con directivos experimentados, científicos cualificados y asesores especialistas que quieran contribuir al éxito de las alianzas basadas en valores. La gestión de las alianzas no es una profesión exclusiva, sino una competencia que deben tener todos los participantes en la alianza. 


Este artículo está basado en el libro de Jaap Boonstra, escrito junto a Marcos Eguiguren: Alianzas estratégicas que crean valor (Profit Editorial, 2023)

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