Los retos de la transformación digital en la formación ejecutiva

Vivimos en un mundo cambiante impulsado por disrupciones tecnológicas que están acelerando la digitalización continua de nuestro día a día personal y profesional.

Julio Villalobos

Esta realidad está obligando a replantear los modelos de aprendizaje tradicionales, dando paso a nuevas vías de formación y capacitación diferentes.

Los cambios tecnológicos están revolucionando los modelos educativos en todo el mundo. Los avances tecnológicos y la digitalización permiten que cualquier persona, desde cualquier lugar, pueda seguir formándose sin tener que recurrir exclusivamente a programas en formato presencial, sin que por ello tenga que renunciar a una gran experiencia educativa.

Los cambios tecnológicos están revolucionando los modelos educativos en todo el mundo

Los directivos y las directivas tienen que renovarse, como por ejemplo ha tenido que hacer siempre el colectivo de médicos. Ya no es suficiente con que un médico se formara hace una o dos décadas en la mejor universidad. Hoy en día, si un cirujano no ha aprendido a operar a través de técnicas mínimamente invasivas en vez de cirugía abierta, ningún hospital lo contratará independientemente de que se haya titulado en la mejor universidad de medicina del mundo.

Lo mismo pasa en el mundo directivo. Si los directivos no adquieren capacidades que les permitan adaptarse al nuevo entorno digital no podrán cumplir el principal objetivo clave por el cual las compañías los contratan: aportar valor.

Julio Villalobos Esade
Los cambios tecnológicos está obligando a replantear los modelos de aprendizaje para adaptarse al nuevo entorno digital (Foto: Esade)

Si como directivos no nos adaptamos a la evolución constante del mercado, nuestra capacidad para aportar ese valor en las empresas no solo disminuirá, sino que impedirá que seamos eficientes. Nos guste o no, los directivos y directivas estamos abocados a tener que participar en un proceso de formación continua, lo que hoy se denomina el long-life learning.

Los directivos y directivas estamos abocados a tener que participar en un proceso de formación continua

Las limitaciones físicas para poder formarse han dejado de existir. Las instituciones educativas ya no necesitan, de manera exclusiva, tener presencia física en determinados países del mundo: hoy pueden llegar a cualquier lugar del mundo de forma no presencial.

La digitalización está democratizando la formación, permitiendo el acceso a programas de capacitación 100 % online que antes eran menos accesibles –ya fuera accesibilidad física o económica–, porque tenían un componente asociado a la presencia que conllevaba costes relacionados con el desplazamiento, el tiempo y los costes de construcción de campus.

Renovarse o morir

Muchas de las capacitaciones y conocimientos profesionales que hoy en día son importantes cambiarán de forma acelerada en los próximos años y, en muchos casos, todavía no sabemos ni siquiera qué competencias serán necesarias.

En este entorno de incertidumbre, muchos profesionales tendrán que volver a formarse para seguir siendo válidos en el entorno de la industria 4.0, donde muchos de los puestos de trabajo que hoy existen se automatizarán.

Muchas de las capacitaciones profesionales cambiarán de forma acelerada en los próximos años

Renovarse será un imperativo en muchas profesiones, sobre todo porque muchas de las funciones que hoy sabemos hacer no servirán en el futuro que nos depara la economía 4.0. 

Un mundo síncrono

El primer gran salto indiscutible en el proceso de transformación digital fue la aparición de internet. El segundo gran cambio, la aparición de los smartphones y sus derivaciones directas: la movilidad, la conectividad y la sincronicidad, así como el concepto agregado de estas tres derivadas, “los micromomentos”.

Estamos en un mundo síncrono, dominado por la impaciencia, en el que buscamos que la accesibilidad a la información sea prácticamente en tiempo real. A nivel de mercado, estos cambios han provocado que los contenidos que históricamente se impartían en clase ahora sean abiertos y se haya democratizado el acceso a la formación.

Estamos en un mundo síncrono en el que buscamos que la accesibilidad a la información sea prácticamente en tiempo real

Históricamente, la manera de llegar a esos contenidos era asistiendo a clase y escuchando a un profesor. Ahora ya no hace falta ir al aula, sino que el aula puede ir al alumno. Y, a través de la tecnología y de un buen diseño instruccional académico, es posible hacerlo de manera cualitativa, eficiente y con una experiencia de aprendizaje y networking óptima para el participante.

Las nuevas tecnologías están abriendo puertas a nuevos modelos de negocio y dinámicas docentes que permiten impulsar la accesibilidad formativa al mismo tiempo que garantizan su calidad y efectividad.

Un proceso en tres niveles

En el sector educativo, hablar de transformación digital implica tener en cuenta diferentes niveles.

Un primer nivel es la transformación interna: revisar los procesos internos para transformarlos digitalmente y conseguir mejorar la eficiencia de la institución. Este proceso de transformación interna implica, entre otras cosas, revisar las dinámicas actuales, aprender a recabar mejor los datos, implementar técnicas que permitan rebajar los costes y mejorar la experiencia del usuario.

Un segundo elemento clave en la transformación digital es incorporar, en la oferta formativa tradicional, conocimientos digitales que permitan a los alumnos adquirir las habilidades necesarias para gestionar los retos profesionales derivados de la transformación digital.

La tercera pieza clave del proceso de transformación digital es generar programas verticales de contenidos digitales, ya sean en formato on campus (100 % presencial), en formados híbridos (60 % online – 40 % presencial) o en formatos 100 % online que den respuesta a las necesidades formativas que plantea la economía 4.0 para mantener el pulso del mercado. En esa línea, los programas de Esade en formato híbridos y online son los denominados Programas In•On (In class – online).

Mitos de la transformación digital

El primer mito de la transformación digital en la educación se halla a nivel operativo. El procedimiento de poner en marcha programas online es más complejo de lo que pueda parecer, sobre todo en organizaciones que llevan décadas en un entorno offline sin salir de su zona de confort.

No se trata solo de poner una cámara, grabar a un profesor y lanzarlo en una plataforma. Estamos abriendo nuevas puertas y, como en cualquier proceso de cambio, se generan complejidades y retos operativos. Surgen cuestiones como, por ejemplo, cómo debe tratarse la propiedad intelectual de los materiales —históricamente no existía este problema— o los derechos de imagen de los profesores.

Estudiar en formato online implica un esfuerzo mayor que los programas presenciales

El segundo mito es pensar que crear programas online resulta más económico. De hecho, se trata de una falsa creencia, ya que hacer un buen programa online resulta bastante más caro que hacer un programa presencial en términos de producción.

El tercer mito es el tiempo. Estudiar en formato online, a simple vista, podría parecer que implica menos dedicación por parte de los participantes. Pero la realidad es que estudiar en formato online implica un esfuerzo mayor que los programas presenciales en los que el alumno puede decidir el nivel de interactividad en el aula.

En el mundo online, la única manera de aprender es dedicándole tiempo, trabajando en todas y cada una de las diferentes metodologías de aprendizaje que se plantean en el diseño instruccional de los programas online.

Hemos comprobado que la experiencia de aprendizaje estudiando en los programas de Esade en formato online es similar a la que se obtiene al cursar programas presenciales. Para poder comparar la eficacia entre ambos formatos, medimos el nivel de aprendizaje de los alumnos al acabar el mismo programa en formato offline y en formato online. 

En los resultados de los exámenes de ambos programas hemos obtenido coeficientes de respuesta similares e incluso, en algún caso, hemos detectado una mejor experiencia de aprendizaje y un mejor resultado cuando aprenden online.

La formación online es, sin duda, una mecánica de aprendizaje muy eficaz y la punta del iceberg de un futuro dominado por la tecnología y la digitalización.

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