La IA y las ciudades inteligentes: Hacia un nuevo paradigma urbano

Las ciudades siempre se han estructurado alrededor de la tecnología disponible. La IA podría transformar radicalmente la movilidad, la gestión del espació y nuestra relación con la administración.

Esteve Almirall

Del 5 al 7 de noviembre, Barcelona se convertirá en el epicentro de las ciudades inteligentes con la celebración del Smart City Expo World Congress, el mayor evento mundial en este ámbito. Este año, el congreso contará con la participación de más de 850 ciudades, más de 25,000 asistentes, 600 ponentes y 1,100 exhibidores, ¡superando todas las expectativas de ediciones anteriores! 

Sin duda, la inteligencia artificial (IA) estará presente. La IA generativa está revolucionando nuestro mundo, con inversiones que se acercan a la asombrosa cifra de 10 billones de dólares ($10T), un salto monumental en comparación con las inversiones previas en tecnologías como el cloud computing, que representan alrededor de 850 mil millones de dólares a nivel global. El ascenso espectacular de empresas como Nvidia, Microsoft y OpenAI, junto con el vasto capital que están movilizando, están marcando una diferencia significativa. 

La adopción de innovaciones no es solo un asunto tecnológico, sino un fenómeno social y económico

Es cierto que, en la práctica, el impacto de la IA en nuestras tareas cotidianas aún es modesto, especialmente si lo comparamos con nuestras expectativas. Sin embargo, es crucial recordar que la adopción de innovaciones no es solo un asunto tecnológico, sino también un fenómeno social y económico. Depende de factores como la aplicabilidad a cada sector y la intensidad competitiva en el contexto específico. En este sentido, siempre existe una difusión a distintas velocidades, y la IA no es una excepción. 

A pesar de esto, sorprende ver que la IA generativa aún tiene un impacto limitado, no solo en los proyectos, sino incluso en el discurso que rodea a las ciudades. Ahora, exploremos algunas áreas en las que la IA transformará radicalmente nuestras ciudades. 

Movilidad

Uno de los cambios más significativos se producirá en el ámbito de la movilidad. Los coches, taxis y autobuses autónomos marcarán un antes y un después en cómo nos desplazamos en las ciudades. 

Para empezar, la reducción de costes es fundamental. Si el transporte ha costado, en términos constantes, entre $1 y $0.70 por milla, los vehículos eléctricos autónomos aspiran a reducir ese coste a aproximadamente $0.20 por milla. Esta disminución de costes es crucial, ya que abre la puerta a políticas de movilidad universal a precios cada vez más asequibles. 

Imaginemos que incorporamos energía solar o eólica, cuyo coste es prácticamente insignificante una vez amortizadas las instalaciones. Con vehículos de alto rendimiento, sin averías y con costes decrecientes, nos encontraríamos ante un cóctel perfecto que permitiría una movilidad de bajo coste, y, por ende, subvencionable

Se vislumbra una movilidad bajo demanda, a bajo coste, con vehículos individuales o compartidos y disponibles las 24 horas

El segundo elemento que podría cambiar el panorama de la movilidad es la movilidad autónoma bajo demanda. Ya contamos con Waymo de Google operando en ciudades como San Francisco, Los Ángeles y Austin, con más de 150,000 viajes a la semana. Este es un negocio completamente operativo y en expansión, no solo un piloto. Además, Apollo de Baidu opera en Wuhan con más de 500 vehículos a un coste inferior al de los taxis locales, y, al igual que Waymo, es completamente autónomo. También existen pilotos más pequeños como Zoox de Amazon y otros en funcionamiento en Estados Unidos y China. 

El anuncio del Cybercab de Tesla, un vehículo sin volante ni pedales que permitirá crear negocios de Cybercabs bajo demanda, añade aún más participantes a esta transformación radical de nuestra concepción de la movilidad. 

¿Y cuál es el futuro que se vislumbra? Una movilidad bajo demanda, a bajo coste, con vehículos individuales o compartidos, disponibles las 24 horas, los 365 días del año. Las implicaciones son enormes, no solo para la movilidad en las ciudades actuales, sino también para el diseño de las ciudades del futuro

Una movilidad de este tipo permitiría reducir significativamente el número de coches en las urbes, liberando espacio para zonas verdes, equipamientos y viviendas. Además, haría que áreas alejadas de la ciudad fueran perfectamente habitables y conectadas, mejorando el acceso a estas zonas a bajo coste y en cualquier momento. De esta manera, la ciudad se haría más pequeña, reduciendo el tiempo dedicado a los desplazamientos y facilitando una mayor conectividad

Los cambios sociales también serían significativos. Imaginemos enviar un Cybercab para recoger a los niños o a personas con movilidad reducida, permitiendo una movilidad total para todos. Estamos, sin duda, ante un momento crucial en la historia de la humanidad, donde la movilidad está a punto de experimentar una transformación radical. Las ciudades, al igual que las organizaciones, se estructuran en función de la tecnología disponible. Así como los coches de caballos moldearon la ciudad victoriana y los de combustión interna la ciudad moderna, los coches autónomos eléctricos definirán la ciudad del futuro. 

Realidad aumentada

Pero no solo la movilidad será afectada. Las gafas de realidad aumentada están avanzando rápidamente, convirtiéndose en una realidad más tangible. El reciente anuncio de Meta de unas gafas del tamaño de unas Ray-Ban, con todas las funcionalidades de las mejores ofertas de realidad aumentada, es una prueba palpable del progreso de esta tecnología. 

Imaginemos un entorno donde las ciudades estén etiquetadas, pero donde también podamos enriquecer nuestras interacciones reales mediante herramientas como la traducción automática y la interacción con avatares realistas en entornos virtuales o mixtos. Esto sin duda reduciría la cantidad de señales físicas, como carteles y anuncios, que actualmente saturan nuestras ciudades, creando un entorno relacional más rico que mezcle lo real y lo virtual

Interacción con la administración

La interacción con la administración ha migrado en gran medida al ámbito digital, y hoy en día no podemos concebirla de otra manera. En este contexto, Internet ha sido un agente de cambio de paradigma, permitiendo una mayor universalidad y democratización que antes no habríamos imaginado. 

Los modelos de lenguaje prometen una relación con la administración altamente eficaz a un coste mínimo

Estamos ahora al borde de un cambio aún más monumental. La interacción pasará a ser facilitada por agentes inteligentes que utilizan lenguaje natural. La promesa aquí es eliminar la burocracia, permitiendo que estos agentes realicen tareas en nuestro nombre. Este cambio, del ratón al lenguaje natural, de formularios complejos a interacciones intuitivas, no solo se traduce en un alto nivel de personalización, adaptándose a la lengua, cultura y necesidades de cada individuo, sino que también podría reducir los costes asociados a la gestión de información a niveles casi despreciables. 

¿Podría una administración ser altamente eficaz a un coste mínimo? Esta es la promesa que nos ofrecen los modelos de lenguaje. 

El futuro de las ciudades

Como vemos, pocas veces en la historia las ciudades han tenido ante sí un escenario tan lleno de posibilidades. Estas oportunidades pueden materializarse de diversas maneras, desde lo público hasta lo privado, y pueden estar en manos de unos pocos o al servicio de todos

La forma en que se materialicen dependerá de la gobernanza de las ciudades, aunque no exclusivamente. La tecnología no es neutra; evoluciona a partir de los valores y principios de las sociedades que las crean. Si no participamos en la creación de esta tecnología, solo podremos adoptar lo que otros hayan desarrollado. Si queremos definir su rumbo, debemos arremangarnos y participar activamente en su creación. 

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