"La gente tiene ganas de consumir y, a poco que pueda, la crisis global de suministros no va a ser el problema"

Pedro Rey Biel

La Navidad está a la vuelta de la esquina y la crisis de las cadenas de suministro se ha sumado a la pandemia y ha distorsionado aún más las  tradicionales compras navideñas.

El profesor de economía del comportamiento de Esade, Pedro Rey, respondió a algunas preguntas sobre este tema para el informe publicado en Do Better. Aquí puede encontrar la entrevista completa:

¿Consumiremos más durante estas Navidades?  

Serán las primeras Navidades en dos años en que, por fin, se va a juntar lo que llamamos la familia extendida, no solo el núcleo familiar de padres e hijos. Esto incrementará, con toda seguridad, el gasto en alimentación y en regalos. A todos nos gusta hacernos regalos viéndonos las caras. Y, si nos vamos a ver más, habrá mucho más consumo. 

¿Cómo afectará la crisis global de suministros a este consumo? ¿Puede ser un freno? 

Esto habrá que verlo con cifras, pero la gente tiene ganas de consumir y, a poco que pueda, ese no va a ser el problema. La gente lleva dos años sin poder celebrar y consumiendo mucho menos. A poco que vea un poquito de luz al final del túnel, el consumo se activará. 

Nos llevan diciendo desde noviembre que habrá escasez de muchos productos y que adelantemos las compras si no queremos quedarnos sin regalos. 

Por mucho que nos digan las cosas, al final siempre nos coge el toro, porque no sabemos anticipar tanto las compras. De modo que habrá un cuello de botella tremendo en Navidad, que llevará probablemente a que muchas de las compras que hagamos sean “subóptimas”.  

La gente lleva dos años sin poder celebrar y consumiendo mucho menos. A poco que vea un poquito de luz al final del túnel, el consumo se activará

¿Nos tendremos que conformar con una opción de regalo peor? 

Nos sentimos obligados a regalar y, al final, terminaremos regalando cosas con las cuales no estaremos tan satisfechos, lo cual llevará a que, primero, suban los precios también de estos productos que no nos gustan tanto y, segundo, haya un problema de logística brutal, todavía mayor que el de otros años, pero ahora con las devoluciones, porque cuando se compran productos que gustan menos a la gente obviamente se terminan devolviendo muchos más. 

¿Tendrá consecuencias en la economía?  

El principal problema que puede crearse es un problema logístico brutal, por intentar que lleguen a tiempo los productos y, al ver que no llegan, cancelar los pedidos para que no terminen llegando. El consumo anticipado esperando a que te llegue algo y finalmente no realizado obviamente no es igual que el consumo que responde a impulsos, que consiste en comprar cuando ves un producto. En países como el nuestro, no estamos acostumbrados realmente a la falta de suministros.

Esto no solo va a ocurrir de cara a las Navidades, sino que llevamos todo el año acostumbrándonos a esperar y que las cosas no estén en el momento oportuno. ¿Puede eso ralentizar la recuperación? Pues sí: es un factor que no ayuda, porque mientras no sepamos si nos van a llegar los productos, mucho de ese consumo impulsivo –de esas cosas que uno se tira a comprar cuando están a su alcance y las puede tener al momento– se ralentiza, y todo ello puede retardar la salida de la crisis. 

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