¿Qué significaría una victoria de Donald Trump para la UE?

El 5 de noviembre se decidirá el futuro del próximo gobierno de Estados Unidos. ¿Qué puede esperar la UE ante el posible regreso de Donald Trump en términos de seguridad, industria y relaciones bilaterales?

Joan Villoslada

Los resultados de las elecciones estadounidenses de 2024 el 5 de noviembre serán, probablemente, el momento más influyente de este año. Una segunda presidencia de Donald J. Trump o una victoria de la vicepresidenta Kamala Harris impactarán profundamente el futuro de los Estados Unidos de América. Sin embargo, también definirán fundamentalmente la relación entre EEUU y la UE. Por eso, realizamos un análisis comparativo de las propuestas demócratas y republicanas, con la intención de concluir los posibles efectos que una presidencia de Trump o Harris tendría en Europa en temas como seguridad, comercio e ideología. 

Este artículo es el primero de una serie de dos partes que examina las implicaciones de una posible victoria de Donald Trump. Puedes leer nuestro análisis sobre el impacto potencial de una presidencia de Kamala Harris aquí

Victoria republicana: Trump-Vance

Quien recuerde la primera administración de Donald Trump recordará también el constante ciclo de noticias sobre escándalos y la naturaleza impredecible de sus decisiones. Una de las características definitorias de Trump, para bien o para mal, era la imposibilidad de predecir sus próximos movimientos, lo que desconcertaba continuamente a sus rivales. 

No obstante, aunque el Trump suele hacer múltiples declaraciones contradictorias, su estrategia de campaña es más clara que en 2016. Por estas razones, podemos basarnos en sus últimas declaraciones para formular un panorama de cómo una segunda presidencia de Trump podría afectar a Europa. 

OTAN y Ucrania

Las implicaciones más significativas para los europeos bajo una nueva presidencia de Trump se referirían al destino de la OTAN y al posible fin del apoyo de EEUU a Ucrania. 

Mientras que EEUU comenzó a enfocar su atención en China durante la administración de Obama, Trump aceleró este cambio al criticar a las naciones europeas por no cumplir con el objetivo de gasto del 2% del PIB en la OTAN y promovió una estrategia de “OTAN durmiente”. Esta estrategia implica retirar la mayoría de las tropas estadounidenses de Europa y dejar que el continente maneje su propia seguridad, con Estados Unidos jugando solo un papel de apoyo. Trump ha usado amenazas para presionar a los aliados europeos, incluso diciendo a responsables de la UE en 2020 que EEUU “abandonaría la OTAN” y sugiriendo en 2024 que Rusia podría hacer “lo que quiera” contra miembros de la OTAN que no cumplan con las pautas de gasto. 

Es probable que Trump reduzca la ayuda para presionar a Ucrania hacia negociaciones desfavorables con Rusia

Desde que Trump dejó el cargo, el número de miembros de la OTAN que cumplen con el objetivo de gasto del 2% ha aumentado de cinco en 2016 a un estimado de 23 en 2024, impulsado tanto por la invasión rusa de Ucrania como por los temores de una segunda presidencia de Trump. Sin embargo, después de reunirse con el presidente polaco Andrzej Duda en 2024, Trump consideró elevar el objetivo al 3%, una demanda poco realista que podría tensar incluso a economías grandes como Alemania y Francia. 

La imprevisibilidad de Trump también nubla el futuro del apoyo de EEUU a Ucrania. El expresidente se enfrentó a un proceso de impeachment tras ser acusado de intentar chantajear al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, reteniendo apoyo militar para Ucrania. Desde entonces, ha prometido retirar ayuda militar si es reelegido y ha cuestionado el apoyo bipartidista a esta causa, aunque se abstuvo de oponerse a un proyecto de ley de ayuda reciente. Por otro lado, algunos ucranianos creen que podría incluso aumentar el apoyo a Kyiv para acelerar el fin de la guerra, en contraste con el enfoque más cauteloso de Biden. 

Sin embargo, es más probable que Trump reduzca la ayuda para presionar a Ucrania hacia negociaciones desfavorables con Rusia, lo que podría resultar en un acuerdo de paz desequilibrado que envalentone a Moscú. El senador J.D. Vance sugirió que un plan de paz de Trump aseguraría a Rusia la neutralidad de Ucrania e impediría que se uniera a la OTAN u otras instituciones aliadas. 

Además, la participación de la UE en cualquier conversación de paz es crucial, ya que la seguridad europea se ve directamente afectada por el conflicto. Si Trump marginara a la UE y Ucrania en las negociaciones, como hizo al tratar con los talibanes sin el gobierno afgano en 2020, la seguridad europea acabaría siendo más frágil

Industria y comercio

Trump tiene una política clara sobre temas industriales y comerciales, encarnada en su enfoque proteccionista, a menudo denominado “América Primero” y “Protección contra el comercio injusto”. En la Plataforma del Partido Republicano, expresan su profunda preocupación por el déficit comercial de bienes de EEUU, que supera el billón de dólares anuales, el cual, argumentan, es causado por prácticas comerciales injustas, principalmente perpetradas por China. 

La UE podría verse arrastrada a adoptar una actitud comercial hostil hacia China

Para abordar este problema, durante su primera presidencia, Trump inició una guerra comercial con China imponiendo un arancel unilateral del 18 % a los productos chinos y retiró a EEUU de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP) con la UE. Ahora promete aumentar los aranceles sobre China hasta un 60 % y expandirlos para imponer un arancel del 10 % al 20 % sobre todas las importaciones a EEUU Es muy probable que, debido a su actitud hostil hacia China, Trump arrastre a la UE con él, obligandola restringir su comercio con el país asiático para no enfrentarse a sanciones estadounidenses como represalia

En el lado positivo para la UE, el presidente Trump también se ha comprometido a derogar la Ley de Reducción de la Inflación (IRA). La IRA fue un punto importante de discordia entre Bruselas y Washington durante la administración de Biden, ya que la UE consideraba que la lluvia de subsidios a las empresas estadounidenses representaba una competencia desleal. Trump, por su parte, considera que la IRA es una carga fiscal demasiado grande. 

En general, un segundo mandato de Trump podría perjudicar el comercio de la UE y enfurecer a los líderes europeos. Sus acciones sugieren la intención de aumentar el arancel comercial transatlántico existente, retirarse del Acuerdo de París de 2015 una vez más y empujar a la UE hacia un conflicto comercial con China, algo que la UE no busca. 

Relaciones bilaterales e ideología

Finalmente, una victoria de Trump en las elecciones estadounidenses podría tener consecuencias a largo plazo demasiado intangibles como para ser medidas. Su victoria podría convertirse en un punto de inflexión para el orden mundial basado en reglas creado después de la Segunda Guerra Mundial, desplazando el zeitgeist político de Occidente hacia la derecha. 

Trump ha sido muy transparente sobre quiénes considera sus “amigos” políticos en el extranjero. En países democráticos, prefiere a políticos “fuertes” que se alinean con su ideología populista de derecha. Repetidamente, Trump ha elogiado al presidente húngaro Viktor Orban llamándolo “un líder fuerte” y “fantástico”. 

Similar a los partidos populistas de extrema derecha en Europa, el trumpismo también centra su ideología en una retórica antiglobalista, escepticismo hacia la OTAN y la UE, oposición a la inmigración masiva y, en general, apela a los votantes socialmente conservadores. La alineación entre la extrema derecha europea y el trumpismo es tan fuerte que el 25 de abril, la versión europea de la Conferencia de Acción Política Conservadora Estadounidense (CPAC), CPAC Hungría 2024, incluyó a senadores republicanos, Viktor Orban, Santiago Abascal (líder del partido español VOX) y Geert Wilders (líder del PVV holandés). 

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca podría ser el catalizador que finalmente legitime los movimientos de extrema derecha en Europa, potencialmente allanando su camino hacia el poder. EEUU no determina la política de Europa. Sin embargo, en un panorama político donde los partidos de extrema derecha están a punto de ganar poder en los países más grandes de Europa, quizás la victoria de Trump incline la balanza. Si Trump es reelegido, los expertos creen que preferirá dialogar con líderes europeos de ideologías similares como Orban en Hungría, Giorgia Meloni de Italia y Robert Fico de Eslovaquia. Estos políticos podrían servir como intermediarios entre Bruselas y Washington, efectivamente marginando a la UE de la conversación y fortaleciendo la posición de sus partidos debido a su acceso privilegiado para negociar con Trump. 

Conclusión

Las elecciones estadounidenses de 2024 tendrán consecuencias de gran alcance para Europa, impactando la seguridad, el comercio y la dinámica política. Una presidencia de Trump probablemente desafiaría la estabilidad de la OTAN, remodelaría las relaciones comerciales a través de medidas proteccionistas y fortalecería el populismo de extrema derecha en toda Europa. 

En la segunda parte de esta serie, analizamos cómo sería una victoria de Kamala Harris para la UE

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