Una nueva mirada para la gestión de personas desde la RSE: la gestión responsable de personas
La gestión responsable de personas emerge de la inevitable interacción virtuosa entre la responsabilidad social (RSE) y la gestión de personas. Así se desprende del reciente estudio La influencia de la RSE en la gestión de personas.
A partir del análisis de las siete buenas prácticas que esta investigación sugiere, concluimos que la responsabilidad social se integra, de manera eficaz y con evidente valor añadido, en las políticas habituales de gestión del talento.
Su objetivo es atravesar el itinerario completo de una persona a lo largo de su desarrollo como profesional con una nueva perspectiva de responsabilidad social y ética, más allá de los modelos tradicionales de recursos humanos.
En este escenario, proponemos tres claves para avanzar:
1. Atravesar todas las fases del ciclo de vida profesional con la perspectiva de la responsabilidad social
Se trata de modificar las preguntas. A modo de ejemplo: ¿Cómo mejoraría el sentido de pertenencia con la incorporación de personas en riesgo de exclusión? ¿Qué puedo hacer para incorporar la diversidad en el reclutamiento y en la selección? ¿Qué nuevos mecanismos de desarrollo competencial ofrece un programa de voluntariado corporativo?
¿Cómo puedo permear en mi cultura el liderazgo sostenible, sobre todo en los mandos intermedios? ¿Qué nuevos incentivos, económicos o de promoción interna puedo vincular a la gestión de la diversidad u otros objetivos de RSE?
¿Cómo debería mejorar el proceso de desvinculación para que los que se marchan se conviertan en prescriptores? Y ¿cómo cambiar la comunicación para cuidar a los que se quedan?
2. Poner en valor los beneficios de esta interacción
Poner en valor ante nuestros grupos de interés (accionistas, proveedores, equipo profesional, equipo directivo, clientes) los beneficios de esta interacción:
- Mayor compromiso y sentido de pertenencia de las personas con respecto a la organización, al buscar una conexión más auténtica con su propósito.
- Mejora del clima y de la motivación, gracias al cuidado emocional o a la desvinculación responsable.
- Incremento de la productividad como consecuencia de la incorporación de nuevos activos como la diversidad.
Todas estas buenas prácticas son desgranadas en dicho estudio.
El liderazgo responsable genera un propósito común
3. Liderazgo responsable
Para lograr una gestión responsable de las personas, hemos de ser capaces de desarrollar un estilo de liderazgo más sutil y transversal, que denominamos liderazgo responsable.
El valor diferencial de este liderazgo se basa en tres elementos:
- La capacidad de generar un propósito común, desde la pasión y la ética, en que la generación de valor económico está asociada a la generación de valor social y medioambiental.
- La orientación a resultados, desde una perspectiva de negocio responsable.
- El cuidado y el desarrollo de las personas del equipo.
En realidad, ya son muchas las empresas que cuentan con prácticas de RSE o de gestión de personas que, quizá sin pretenderlo, comienzan su interacción. Ello es inevitable desde el momento en que la responsabilidad social tiene como grupo de interés a la propia plantilla.
Esta zona de influencia mutua es ya beneficiosa, pero podemos avanzar más hacia la confluencia. Aquí es donde nos encontramos con un reto y un aprendizaje:
- El reto: salvar algunos obstáculos, como las tensiones naturales que surgen entre la gestión de personas y el negocio. Ante este dilema recurrente, la RSE nos ofrece una visión esclarecedora desde el cumplimiento ético, más allá de lo que exigen la legalidad, la presión legítima de los demás grupos de interés y el beneficio a largo plazo.
- Y el aprendizaje: se trata de un proceso dinámico. Es decir, una práctica de gestión de personas, susceptible de evolucionar hacia un punto de confluencia con la RSE, donde ambas van a estar alineadas de manera estratégica. Solo requiere un nuevo enfoque para las iniciativas que ya están en marcha y aportar esa transversalidad responsable al modelo de gestión de personas, ya conocido.
Por tanto, no estamos tan lejos de alcanzar este modelo de gestión responsable de personas. Considerando las tres claves antes señaladas, ¿cuál sería ahora un primer paso potente?
"Un viaje de mil millas comienza con el primer paso”.
Colaborador académico, Departamento de Dirección General y Estrategia y del Instituto de Innovación Social de Esade
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