Biología sintética: ¿Está la humanidad preparada para “jugar a ser Dios”?

El floreciente campo de la biología sintética podría convertirse en el mayor disruptor tecnológico que el mundo ha presenciado. ¿Traerá consigo una nueva era de beneficios o se convertirá en el comienzo de una pesadilla viviente para la humanidad?

Equipo Do Better

El ordenador y sus posteriores iteraciones han transformado nuestra forma de vivir y trabajar. Desde el Sistema/370 de IBM del tamaño de una pared (su versión prémium de 1970 y 1 MB de memoria, que se vendió por la exorbitante cifra de 4 674 160 dólares EE. UU., lo que equivaldría a 37 728 261,47 dólares hoy en día), pasando por los ordenadores domésticos Atari de la década de 1980, hasta llegar a Internet y los teléfonos inteligentes ahora omnipresentes: para bien o para mal, la sociedad moderna es el resultado de la tecnología informática. 

Actualmente, la biología sintética (o SynBio) se presenta como el mayor disruptor tecnológico de todos los tiempos. Pero se plantea la duda de si su rápido desarrollo y la posibilidad cada vez más realista de la programación a gran escala de vida artificial son un sueño para la humanidad o una auténtica pesadilla. 

¿Ciencia ficción o realidad SynBio? 

“La biología sintética (SynBio) es una combinación de genómica, computación e ingeniería que propone el diseño y la edición de código genético en un PC para sintentizarlo e implantarlo posteriormente en células”, explica Xavier Ferràs Hernández del Departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciences de Esade. 

“Podemos programar dichas células con un propósito determinado. Con ello, se crean nuevas formas de vida y procesos biológicos inexistentes en el mundo natural.” 

Para los profanos en la materia, esto puede parecer ciencia ficción. Pero las aplicaciones de la SynBio son reales y ya están aquí ahora. 

Las biofarmacéuticas, la tecnología y el hardware de producción, las fábricas inteligentes, las ciudades inteligentes, la gestión de los residuos, los productos alimenticios y los bienes de consumo se están beneficiando de la SynBio. 

Es vida, pero no como la conocemos 

“El lenguaje de la vida se construye sobre cuatro compuestos químicos básicos (llamados A, T, G y C)”, sigue diciendo Ferràs. “Un software de cuatro letras gobierna la naturaleza. Las células no son más que minifactorías procesadoras de esa información química, ejecutando sus instrucciones como un chip de silicio lee y ejecuta su software digital.  

Los metabolismos de todos los seres vivos, desde las amebas hasta los mamíferos, obedecen las órdenes escritas en un código bioquímico dictado por la evolución natural. Hoy, mediante un proceso llamado secuenciación es posible conocer el orden de esos cuatro componentes básicos (bases).”  

“Con tijeras moleculares podemos cortar secuencias de ADN y pegarlas a otras secuencias, en un copy-paste similar al de Word aplicado a la biología molecular.” “Actualmente se pueden diseñar cadenas de genes que no han existido jamás, manufacturar código genético artificial y ponerlo a trabajar en células reales. Podemos crear nuevas formas de vida, editadas en nuestro PC.” 

Las repercusiones ya están aquí 

Como era de esperar, la rapidez con la que se está desarrollando esta tecnología está haciendo saltar las alarmas. Por cada forma de vida creada para digerir residuos y segregar combustibles limpios, cada órgano animal adaptado para ser apto para trasplantes a seres humanos, o nuevo nanorobot capaz de identificar y atacar células tumorales en nuestro organismo, hay la misma cantidad de aplicaciones perversas que tienen el potencial de provocar una devastación. 

Quizá la teoría conspirativa más conocida, y que sigue siendo un tema de debate entre científicos e investigadores gubernamentales de todo el mundo, es que el virus del covid fue el resultado de experimentos de SynBio realizados en laboratorio.  

“¿Es la covid resultado de un virus editado en laboratorio? Los expertos me aseguran que no”, dice Ferràs.  

Del sueño tecnológico a la pesadilla distópica 

Pero Bryan Wells, científico jefe de la OTAN, insta a la prudencia. En declaraciones al periódico La Vanguardia, advertía: “Con las oportunidades de la biología sintética vienen amenazas, y podría usarse contra nuestra sociedad civil. Debemos estar alerta.” 

En el mismo artículo, originalmente publicado en español, se cita a Kenneth Wickiser del Center for Infection and Immunity de la Universidad de Columbia (EE. UU.), que es bastante más directo.  

“La democratización de la tecnología también permite a quienes tienen intenciones nefastas realizar su trabajo de forma más fácil, barata y rápida”, advierte.  

“Un bioterrorista es capaz de crear virus existentes desde cero. Pero lo más probable, porque es más fácil, es que sea capaz de alterar las secuencias virales naturales para desarrollar nuevas variantes con los efectos deseados, como la transmisibilidad o letalidad.” 

Mercados en transformación 

Resulta imposible limitar el uso de cualquier tecnología, ya sea nueva o antigua, para que únicamente la usen aquellos que tienen buenas intenciones. Las primeras chispas de fuego permitieron a los humanos calentarse y alimentarse, pero también procuraron los medios para aniquilar a tribus rivales enteras. La humanidad moderna se fundó sobre la base de la industria, y el clima está pagando el precio de ello, pero SynBio tiene el potencial de reparar el daño infligido. 

“¿Estamos jugando a ser Dios?”, se pregunta Ferràs. “Toda tecnología tiene su cara y su cruz. Una simple hacha de piedra podía ser un instrumento de carpintería o un arma homicida. La tecnología SynBio tiene un gran potencial para luchar contra el cambio climático.” 

“Una nueva tecnología disruptiva está llegando al mercado, con un poder transformador masivo. La nueva generación de gigantes digitales, los Apple o Tesla del futuro, probablemente sean empresas SynBio. El espacio de aplicaciones solo está limitado por la imaginación y por la ética.” 

Políticas para apoyar el progreso 

Y es en este aspecto en el que los gobiernos deben ponerse al día. La velocidad a la que está avanzando la SynBio, la ingente cantidad de inversión que está recibiendo (“Las inversiones en capital riesgo crecen a ritmos del 250% anual”, comenta Ferràs) y su efecto positivo en la economía, deberían encauzarse, no eliminarse. 

“Las políticas de innovación deberían reducir las barreras de entrada y centrarse en los beneficios potenciales de distribución de la renta, poder y otros beneficios generales”, recomienda Ferràs.  

“A nivel político, el desarrollo holístico debería apoyar la aparición de estos ecosistemas empresariales que están creciendo en torno a la tecnología SynBio, siempre supervisados por instituciones democráticas.” 

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