Sí, la IA podría quitarte el trabajo, pero también creará nuevas profesiones
El posible efecto de la IA en el mundo laboral suscita preocupación pero, a la vez, las empresas que no adopten las nuevas tecnologías podrían quedarse atrás.
Si damos crédito a los titulares de la prensa, la IA podría hacer que desaparezcan unos 300 millones de empleos en Europa y Estados Unidos. Eso son muchos desempleados: aproximadamente el equivalente al 10% de la población mundial que tiene trabajo actualmente.
“El mercado laboral podría enfrentarse a una perturbación de su funcionamiento considerable”, según Goldman Sachs, empresa de cuyo Informe de marzo de 2023 se toma dicha cifra. “Más o menos dos tercios de los trabajos que ahora existen están en peligro de automatizarse mediante IA en alguna medida.”
El informe, que analizaba los efectos de los sistemas de Inteligencia Artificial como ChatGPT, DALL-E y LaMDA en el crecimiento económico, provocó una cobertura comprensiblemente negativa en la prensa: Forbes lo definió como “grave y alarmante”.
Visión positiva
Pero tampoco se trata de que el futuro del trabajo con la IA sea todo negro.
“La buena noticia es que, históricamente, el desplazamiento de los trabajadores debido a la automatización se ha visto compensado por la creación de nuevos puestos de trabajo, y la aparición de nuevas profesiones tras las innovaciones tecnológicas es la causa de la gran mayoría del crecimiento del empleo a largo plazo”, explica la institución financiera mundial en su informe.
José Antonio Rodríguez Serrano, profesor titular del Departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciences de Esade, se muestra de acuerdo con esta visión positiva. “Cuando hablamos de productividad, tendemos a pecar por exceso de optimismo”, afirma.
“Siempre que una tecnología genera productividad, también genera otros retos en los que no se había pensado. Una nueva tecnología crea otras necesidades, por lo que parte de la productividad derivada de dicha tecnología está dirigida a resolver las nuevas necesidades que esta genera.”
La perspectiva más amplia
Las pruebas de Goldman Sachs reflejan esta visión: más del 85% del crecimiento del empleo que se ha producido durante los últimos 80 años viene de la creación de nuevos puestos de trabajo de base tecnológica, según el informe.
“Pensemos en la electricidad,” sugiere Esteve Almirall, profesor y director del Esade Center for Innovation and Cities. “Parecería absurdo no adoptarla y convertirnos en expertos en su uso. El progreso y la historia habrían dejado atrás a una sociedad que hubiera seguido ese camino.”
Xavier Ferràs está de acuerdo: “Nos acostumbraremos a tratar con sistemas inteligentes, creativos y con capacidades de interacción social”, predice el profesor asociado del departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciences de Esade.
“Y esto cambiará las reglas del juego en muchos sectores: pronto tendremos aplicaciones móviles, diagnósticos médicos, diseños gráficos, programas informáticos, composiciones musicales o informes estratégicos creados por las inteligencias sintéticas sin ningún coste.”
¿La muerte de la creatividad?
Esta forma positiva de verlo no la comparten muchas personas que trabajan en industrias creativas, en las que la capacidad de la IA para generar contenidos que parecen creados por seres humanos ha hecho que surjan llamamientos en pro de que se regule de forma urgente. “No tenemos mucho tiempo para corregir esta situación”, opinan David Israelite, de la National Music Publisher’s Association (NMPA) y Mitch Glazier, de la Recording Industry Association of America (RIAA).
En un artículo de opinión para la revista Billboard, ambos afirmaron lo siguiente: “Los nuevos y potentes motores como ChatGPT y Jukebox de OpenAi, MusicLM de Google y Bing, el sistema que funciona con IA de Microsoft, han sido entrenados con enormes y valiosas fuentes de composiciones musicales, letras y grabaciones sonoras, además de cualquier otro tipo de datos e información disponible en Internet, sin ni siquiera la más mínima transparencia o revelación, por no hablar de la autorización de los creadores cuyo trabajo se está usando.”
Los artistas visuales también están contrariados: “Estos programas se basan completamente en la propiedad intelectual pirateada de incontables artistas, fotógrafos, ilustradores y otros titulares de derechos”, se quejaba el pasado enero al periódico The Guardian el multipremiado ilustrador, Harry Woodgate.
Hacer sacrificios a corto plazo para lograr un beneficio a largo plazo
Sin embargo, Manuel Guerris, director académico del Advance Management Program de Esade, opina que todos los sectores deberían adoptar una visión a largo plazo.
Y, aunque reconoce que la automatización podría provocar despidos y mucha desmotivación, Guerris advierte de que no incorporar las nuevas tecnologías podría significar que las empresas se queden rezagadas.
“Es posible que las incitativas más nuevas relacionadas con el cambio cultural no sean creíbles si la empresa ve que la innovación ha sido castigada con despidos”, afirma.
“Los jefes tienen la responsabilidad de estar abiertos a estos desarrollos pero, simultáneamente, deben ser capaces de evaluar tanto las consecuencias positivas como las negativas de su efecto en las empresas y sus respectivas culturas a corto y largo plazo.”
Mostrar empatía y adaptarse
Guerris también cree que ningún comportamiento similar al de los seres humanos, por muy parecido que sea, puede sustituir la empatía real de los líderes.
“Independientemente de que te guste la tecnología o no, ¿quién podría estar en contra de ella? El mundo empresarial está asombrado y emocionado por probar las últimas tecnologías de la IA, como ChatGPT, y buscarles aplicaciones empresariales”, explica.
“Los líderes transformadores se comportan como modelos de referencia, que motivan e inspiran a los demás, fomentan la innovación y la creatividad, y actúan como coaches y mentores. Así pues, podrían utilizar ChatGPT y ser un ejemplo para otras personas sobre cómo usarlo para tomar mejores decisiones y más rápidas. Podrían motivar y ayudar a sus equipos a intentarlo y buscar nuevas aplicaciones de negocios para aportar valor añadido a sus organizaciones.”
O, como asegura Esteve Almirall, profesor y director del Esade Center for Innovation and Cities: “Aquellos que sean los más rápidos en aprender, crear y reinventarse a sí mismos, serán los vencedores.”
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