

La pandemia del coronavirus, paradojas y sostenibilidad

La pandemia del coronavirus es, ante todo, una tragedia humana que ha llevado a personas, organizaciones y países de todo el mundo a adoptar medidas sin precedentes a una velocidad impensable.
Mientras la atención se centra en la crisis, la situación es al mismo tiempo altamente paradójica.
Países como el Reino Unido, conocidos por su economía de libre mercado, están nacionalizando compañías ferroviarias privadas. Las libertades individuales están sufriendo restricciones drásticas en beneficio del bien común. A todos se nos exige mantener la distancia social mientras nuestras emociones anhelan la proximidad y el contacto cercano.

La compasión se expresa desde la distancia. La vida pública y económica de la mayoría de la población activa se ha estancado para proteger a los vulnerables y enfermos. La salud y la supervivencia de los vulnerables depende de la inactividad de los jóvenes y las personas sanas.
A nivel epidemiológico, nos enfrentamos a una tensión entre la carrera por alcanzar la inmunidad para detener la propagación del virus y la necesidad de frenar los contagios para proteger a los más vulnerables y evitar el colapso de los sistemas sanitarios.
Ante las paradojas, las personas a menudo reaccionan a la defensiva
Ante las paradojas, las personas a menudo reaccionan a la defensiva. Un ejemplo de ello son las reacciones de la Administración de Trump, que han sido foco de debate en los medios (sirva de ejemplo Anatomy of a viral lie).
Hemos visto cómo Trump negaba el problema y se aferraba a la falsa pretensión de que la situación estaba completamente bajo control. Hemos visto cómo tildaba de chivos expiatorios a los chinos y lanzaba líneas divisorias que socavan la colaboración; por ejemplo, cuando Trump intentó que una startup alemana desarrollara vacunas exclusivamente para los Estados Unidos.
También hemos presenciado comparaciones engañosas entre el nuevo brote de coronavirus y la gripe, y falsas afirmaciones que auguraban que la situación terminaría en tan solo 15 días.
Muchas personas han reaccionado a esta situación extrema y paradójica con solidaridad e innovación
Por suerte, muchas personas han reaccionado a esta situación extrema y paradójica con solidaridad e innovación. Los balcones se han llenado de música y baile. Las personas empiezan a compartir y a mostrar su afecto desde la distancia. Las empresas siguen compitiendo, al mismo tiempo que se ayudan con personal y recursos. Los gobiernos han lanzado medidas multimillonarias para proteger a las pequeñas empresas y a las personas en riesgo.
¿Qué tiene que ver esta crisis –y sus paradojas– con la sostenibilidad? En primer lugar, la sanidad pública es uno de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas. Pero la sostenibilidad tiene múltiples ramificaciones.
Hace pocos meses, poner foco exclusivamente en un solo aspecto de los objetivos sostenibles habría sido altamente criticado.

La sostenibilidad está marcada por tensiones entre grandes retos sociales como, por ejemplo, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la desigualdad y la pobreza. La búsqueda simultánea de objetivos para afrontar los retos de sostenibilidad a menudo enfrenta a gobiernos, empresas e individuos. Pero, como en una pandemia, la mayoría de los desafíos en materia de sostenibilidad solo pueden afrontarse de forma colectiva.
El individualismo desenfrenado probablemente agravará la situación y agudizará las paradojas. Para hacer frente a estas situaciones paradójicas, la clave pasará por impulsar acciones colectivas que contribuyan a proteger los sistemas socioecológicos que sustentan nuestras vidas. Acciones dirigidas a combatir el cambio climático, mientras millones de personas en países en desarrollo consiguen mejorar su situación económica y tener acceso a la educación y servicios básicos. Acciones dirigidas a preservar y regenerar la diversidad biológica de la Tierra, mientras se abastece a una población creciente.
Hacer frente al cambio climático solo cuando sus consecuencias sean inmediatas será imposible
Los desafíos que nos depara la sostenibilidad podrían (todavía) no tener la misma urgencia e inmediatez que la pandemia del coronavirus. Pero, con suerte, cuando superemos esta crisis, uno de los resultados será el aumento de la solidaridad colectiva para hacer frente a situaciones paradójicas.
Responder a las paradojas de la sostenibilidad es un reto exigente: requiere que organizaciones, individuos y gobiernos actúen de forma colectiva y solidaria, incluso cuando no existen amenazas inmediatas, mortalidad por infecciones o riesgo de colapsar los sistemas sanitarios.
El cambio climático es un claro ejemplo en este contexto. Hacer frente al cambio climático solo cuando sus consecuencias sean inmediatas será imposible. Y las consecuencias de una reacción tardía tendrán un impacto mucho mayor que la pandemia del coronavirus. No podemos esperar a que llegue una amenaza inminente. Tenemos que impulsar medidas que reduzcan las emisiones de dióxido de carbono desde hoy.
Cuando dejemos atrás la pandemia del coronavirus, no podemos reanudar el mismo estilo de gestión empresarial como si nada hubiera pasado. Reiniciar la actividad económica sin tener en cuenta la nueva realidad tendría un coste elevado. Ojalá este periodo de confinamiento ayude a convertir la acción solidaria para afrontar esta pandemia en acciones colectivas de gran calado en pro de la sostenibilidad.
Artículo publicado originalmente en GRONEN.

Profesor asociado, Departamento de Sociedad, Política y Sostenibilidad en Esade
Ver perfil- Compartir en Twitter
- Compartir en Linked in
- Compartir en Facebook
- Compartir en Whatsapp Compartir en Whatsapp
- Compartir en e-Mail
Programas relacionados
Únase a la comunidad Do Better
Regístrese gratuitamente y reciba nuestras recomendaciones y contenido personalizado.