El papel de las empresas en la reducción del riesgo de desastres

Equipo Do Better

El cambio climático está causando desastres cada vez más imprevisibles, frecuentes y extremos. Olas de calor e incendios forestales, tormentas e inundaciones, sequía y enfermedades: el impacto del calentamiento global es de largo alcance.

El Acuerdo de París aborda las áreas cruciales necesarias para combatir el cambio climático, incluidos los objetivos para limitar los aumentos de temperatura global. El Marco de Sendai, menos conocido, va de la mano del Acuerdo de París y tiene como objetivo reducir el riesgo de los desastres inevitables que el mundo ya está experimentando.

Respaldado por la Asamblea General de la ONU en 2015, el marco aboga por: “La reducción sustancial del riesgo de desastres y de las pérdidas ocasionadas por estos en términos de vidas, medios de subsistencia y salud y de bienes económicos, físicos, sociales, culturales y ambientales de las personas, las empresas, las comunidades y los países”.

Sistemas integrales para reducir el riesgo

El Marco Sendai tiene siete objetivos globales y 28 indicadores para medir el progreso en la reducción del riesgo de desastres y de pérdidas. Este año se contempla la revisión del marco, que concluirá con una declaración política en una reunión de alto nivel de la Asamblea General en mayo de 2023.

El 13 de octubre, Día Internacional para la Reducción de Riesgo de Desastres (IDDRR en sus siglas en inglés) pondrá el foco sobre la necesidad de sistemas de alerta multirriesgo, información de riesgo de desastre y evaluaciones.

“Necesitamos sistemas integrales y centrados en las personas que paren la espiral de destrucción de los desastres y contribuya a un futuro más sostenible, más resiliente y más equitativo”, manifiesta Mami Mizutori, representante especial de la secretaría general de la reducción de riesgo de desastre y jefe de la Oficina para la Reducción de Riesgo de Desastres de las Naciones Unidas (UNDRR).

Investigadores de Esade han examinado el papel que las empresas deben jugar en la reducción de riesgo global y sugieren propuestas para minimizar el impacto de los desastres.

Gobernanza colaborativa

Lucie Baudoin, candidata a doctorado en el Instituto de Innovación Social de Esade, afirma que la gestión sostenible de los recursos naturales, en particular la demanda y el tratamiento del agua dulce, requiere una “investigación crítica de la gobernanza colaborativa de los recursos naturales”.

“La gestión sostenible de los recursos naturales es un reto social de una importancia dramática”, comenta Baudoin. “De todos los recursos naturales, el agua dulce destaca porque es particularmente vital, irremplazable y compleja. Se prevé que la presión provocada por el cambio climático y el crecimiento demográfico y económico haga crecer la demanda de agua dulce en el futuro, mientras que restringe la cantidad y la calidad de este recurso”.

En una investigación realizada junto al profesor de Esade Daniel Arenas, ambos destacan: “En 2017, las crisis por el agua ocuparon el tercer lugar en términos de impacto en el panorama de riesgos globales del Foro Económico Mundial, justo después de las armas de destrucción masiva y los eventos climáticos extremos.

“Sostenemos que es urgente vincular las prácticas de gestión del agua con los resultados ambientales, ya que la presión sobre los ecosistemas probablemente aumentará con los cambios económicos y climáticos. Por lo tanto, una mejor comprensión de la gestión sostenible del agua es más urgente que nunca y los estudios de organización y gestión tienen un papel que desempeñar”.

Foco en la biodiversidad

Según Marc Castellón Durán, investigador en el departamento de Sociedad, Política y Sostenibilidad de Esade, y Àngel Castiñeira Fernández, profesor y director de la Cátedra en Liderazgo y Sostenibilidad, la reducción del riesgo debe centrarse en la biodiversidad.

“La mayoría de las cumbres internacionales se han centrado en las consecuencias del aumento de las temperaturas y cómo podemos evitarlas”, afirman, “pero la biodiversidad es el próximo problema importante”.

“La pérdida global de biodiversidad es una de las principales consecuencias negativas del Antropoceno, un periodo geológico sugerido en el año 2000 por el ganador del Premio Nobel Paul Crutzen para describir la considerable influencia del comportamiento humano en la tierra en los últimos 70 años. Estamos en una situación de precariedad ecológica sin precedentes”.

Castellón Durán y Castiñeira Fernández afirman además que las compañías deberían hacerse cinco preguntas a sí mismas para identificar y reducir los riesgos potenciales.

“¿Qué marcos internacionales de conservación de la biodiversidad nos afectan? ¿Cuáles son las mejores prácticas en nuestro sector? ¿Cómo podemos adaptarnos a la legislación actual? ¿Cómo podemos anticiparnos a la legislación que vendrá en el futuro? ¿Qué espacios podemos identificar para ser pioneros en la conservación de la biodiversidad? Las respuestas a todas estas preguntas variarán para cada empresa”, afirman.

“La acción derivada de la información y de un liderazgo sostenible es la mejor palanca del sector privado para ayudar a conservar y restaurar nuestros ecosistemas”.

Negocios regenerativos

Tobias Hahn, profesor en el Departamento de Ciencias Sociales de Esade, coincide en que la sostenibilidad empresarial tiene un papel importante en la reducción del impacto de los desastres globales.

“No pasa un día sin que haya noticias de algún desastre natural atribuido al cambio climático, o la declaración de algunos científicos influyentes reclamando a los líderes mundiales que actúen de forma urgente”, afirma Hahn. “Los ecosistemas vitales están siendo forzados hasta llegar al borde de su extinción, mientras se acogen y fomentan las acciones individuales y se espera que las empresas lleven a cabo cada vez más prácticas sostenibles”.

La investigación sobre estrategias para empresas sostenibles, realizada por Hahn junto con Maja Stamp, describe una gama de estrategias regenerativas basadas en tres áreas: restaurar, preservar y mejorar.

“Las tres estrategias regenerativas que proponemos toman como punto de partida sistemas socioecológicos y su funcionamiento”, dice Hahn. “Sin embargo, difieren en el grado en el que se comprometen plenamente con la noción de regeneración”.

“Las estrategias de restauración siguen un enfoque de sistemas y buscan re-establecer un sistema socioecológico funcional después de la intervención, como la minería. Las estrategias de conservación mantienen el statu quo de un área para preservar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, como por ejemplo en el turismo sostenible. Las estrategias de mejora adoptan totalmente un enfoque de sistemas con el objetivo de lograr un impacto positivo en los sistemas socioecológicos”.

“El estrés bajo el que están muchos sistemas socioecológicos – y la presión que pone en ellos la actividad económica del ser humano, y no menos importante, la actividad empresarial – nos señala la necesidad de repensar la estrategia empresarial.

“Sostenemos que los negocios regenerativos suponen un paso importante en esta dirección”.

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