

¿Puede la regulación financiera arreglar la crisis climática?

En el verano de 2022 hemos visto temperaturas que han batido records a nivel mundial, múltiples incendios y una pérdida significativa de vidas. Por otro lado, la mitad de Europa está en riesgo de sequía. La evidencia que nos proporcionan nuestros propios ojos es innegable: el clima está en crisis.
Pero mientras el mundo arde, los políticos discuten.
En EEUU, el segundo país del mundo más contaminante después de China, un paquete climático por valor de 300.000 millones de dólares en incentivos fiscales multianuales para energía limpia fue vetado por un político que, según The Guardian, “en su carrera política, ha recibido más dinero en donaciones de la industria de los combustibles fósiles que cualquier otro senador en funciones.”
En Reino Unido, los posibles candidatos para liderar el Partido Conservador gobernante se centraron más en asuntos internos de su partido que en ofrecer planes para solucionar la crisis climática. Una candidata incluso se comprometió a retirar el apoyo al compromiso “cero emisiones netas en 2050” adoptado por una creciente coalición de países a nivel global.
Con líderes políticos y medios influyentes tildando las acciones contra el cambio climático de “guerra contra la población”, ¿cómo pueden los expertos convencer al mundo de que no hacer nada no es una opción?
Priorizando el reto
“Si en los años 70 del siglo XX ya conocíamos toda la ciencia básica sobre el cambio climático, quizá nos faltaron los modelos de hoy y algunos científicos optaron por aplicar el principio de incertidumbre,” afirma Rafael Sardá, socio-ecologista y científico senior del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) y colaborador académico de Esade.
“No obstante, como es el caso ahora, hubo otras preocupaciones a las que se les dió prioridad y, al final, las decisiones sobre la crisis climática se dejaron en pausa, para ser abordadas más adelante. Ahora sabemos lo difícil que será estabilizar las temperaturas para alcanzar los objetivos acordados.”
“ En palabras del Secretario General de la ONU, pronunciadas en diciembre de 2020, “La humanidad está librando una guerra en la naturaleza. Esto es suicida. Conseguir la paz con la naturaleza es la tarea definitiva del siglo XXI. Debe ser la máxima prioridad para todo el mundo en todas partes.” Tenemos que actuar.”
El papel de la regulación financiera
Enrique Rueda-Sabater, miembro senior de EsadeGeo, considera que los reguladores financieros y la industria bancaria podrían facilitar las acciones necesarias para resolver la crisis climática, ya que tienen un papel importante a desempeñar a la hora de abordar la mentalidad de “beneficio sobre el planeta”.
“Un campo en rápida expansión en las finanzas es la confluencia entre tecnología, sostenibilidad y finanzas”, comenta Rueda-Sabater, “Esto incluye un mayor enfoque en las responsabilidades medioambientales, en los activos “marrones “y bloqueados, y en la medición de emisiones de carbono, del impacto sobre la biodiversidad y del uso de recursos escasos, como el agua.
Todavía queda por ver cómo se traduce todo esto en nuevos ámbitos para las finanzas, pero están surgiendo algunas áreas de interés prioritarias, como los bonos verdes, los préstamos verdes, la renta variable verde, los productos asociados a la sostenibilidad, la estandarización de la información medioambiental, social y de gobernanza (ESG) que se debe publicar, la medición de las responsabilidades medioambientales y del impacto, las pruebas de estrés de las carteras y el grado de exposición, y el comercio de las emisiones de carbono.
Algunos bancos centrales también están buscando formas de integrar las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad en las decisiones de inversión de sus propias carteras, que han crecido enormemente como respuesta a las recientes crisis.
A título de ejemplo, el Banco de Inglaterra está estudiando cómo puede apoyar la transición de la economía británica para alcanzar las cero emisiones netas de carbono y, como primer paso importante, está analizando cómo “ecologizar” su programa de adquisición de bonos de empresa (Corporate Bond Purchase Scheme).
El Banco Popular de China ha estado evaluando el desempeño de las finanzas verdes en las principales instituciones financieras del país centrándose en los préstamos, y ahora además está calificando estas instituciones en función de los bonos verdes que tienen (porcentaje de bonos verdes sobre el total de activos que posee la institución financiera y su evolución).”
Por su parte, Ramon Amargant Arnau, director de regulación sostenible (ESG) en Banc Sabadell, y Fernando Gutiérrez del Arroyo González, director de Methys, analizaron el efecto del cambio climático y la transición energética en el sector financiero.
Según escribieron en un informe de Esade, ambos coinciden en que la financiación y la innovación financiera son claves para promover la transición ecológica de los sectores económicos y esenciales para la estabilidad climática y medioambiental.
En su opinión, “La transformación verde e inclusiva de la economía basada en finanzas sostenibles es prioritaria y oportuna para consolidar la salida de la pandemia y reducir su legado”
“EEUU ha recorrido un gran camino desde 2018 en términos de finanzas sostenibles, hasta el punto de convertirse en un líder global en este ámbito, por lo que es conveniente que, de ahora en adelante, se postule como ejemplo a seguir y promueva la cooperación con otros países para intensificar la transición ecológica a nivel global”.
Mientras sigan priorizándose los beneficios económicos frente al planeta, la regulación financiera sea quizá el único lenguaje que todos los líderes mundiales entiendan.

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