¿Dónde están los trabajos verdes del futuro?

Los trabajos verdes del futuro no se limitarán a la industria energética. Las grandes tecnológicas y los servicios ligados a la computación ya lideran la inversión en fuentes renovables.

Esteve Almirall

¿Sabes cuál es la empresa que compra más energía renovable de todo el mundo? Seguro que te sorprenderá inicialmente, pero pronto te darás cuenta de cuan lógico es. La respuesta es Amazon AWS, el proveedor de servicios en la nube de Amazon. De hecho, lo es por cuarto año consecutivo. Con más de 500 proyectos en energía solar y eólica, podría proveer de energía renovable a más de 7.2 millones de hogares, más de 77.000 GWh cada año.  

Te preguntarás qué hace una empresa de servicios en la nube invirtiendo en energía renovable. La respuesta es sencilla: es una de las cosas más inteligentes que puede hacer y que afecta de manera más directa a su cuenta de resultados. Y todo por la simple razón de que consumen una enorme cantidad de energía para hacer funcionar sus centros de datos en todo el mundo.  

Las tecnológicas consumen una enorme cantidad de energía para hacer funcionar sus centros de datos

En Amazon no son ni mucho menos los únicos. Google o Microsoft están haciendo exactamente lo mismo, aunque cada uno con una visión algo distinta. Por ejemplo, Microsoft pretende solucionar el problema invirtiendo en energía nuclear a través de miniplantas nucleares de nueva generación. En su caso, han apostado fuerte por la inteligencia artificial generativa —algo con consume una cantidad muy elevada de energía— por lo que, añadido a la situación geográfica de sus oficinas centrales en Seattle, hace muy entendible la apuesta por lo nuclear. 

La carrera por la optimización

¿Qué tienen en común todas estas empresas? No se trata únicamente de los valores ideológicos de sus equipos directivos, sino, especialmente, lo mucho que las energías renovables se alinean con sus intereses corporativos, tanto en el largo como en el corto plazo y de manera sostenida.  

En este aspecto, los servicios en la nube, la inteligencia artificial, los microchips —y, en general, todo lo que tenga que ver con la computación— conforman un sector puntero para la reducción y uso alternativo de la energía. 

Encontramos el ejemplo en industrias tan aparentemente alejadas como la del software de sistemas. En este este campo existe actualmente un movimiento importante hacia la optimización. De hecho, hasta la aparición de la IA generativa no había un problema acuciante de eficiencia del código y se prefería avanzar en funcionalidades a optimizar lo existente.  

Actualmente se prioriza la optimización del software de sistemas sobre el desarrollo de nuevas funcionalidades

Con la llegada de la IA generativa, esto ha cambiado radicalmente y ahora optimizar se ha convertido en la prioridad hasta tal punto que han empresas como Modular prometen mejorar en miles de veces el rendimiento del software actual. Se trata de mejoras de miles de veces en casos extremos, pero serán decenas de veces en los más habituales. También las empresas fabricantes de chips, como Nvidia, están siguiendo esta misma línea. 

Así pues, cuando nos planteamos cuáles serán los trabajos verdes del futuro, no hace falta que busquemos específicamente en empresas energéticas: estarán en todas partes. Al menos allí donde la alineación con el modelo de negocio sea evidente y donde la legislación y la fiscalidad lo facilite.  

Movilizar hacia un futuro verde

En cualquier caso, no se trata solo de la energía, sino que quedan muchos sectores aún por transformar. Algunos ya han sufrido una importante transformación en todo lo referente a digitalización, con el consecuente aumento de su sostenibilidad. Un claro ejemplo es todo el soporte físico relativo a discos, libros, películas y distintos aparatos electrónicos. 

Sin embargo, en otros sectores la sostenibilidad es aún una asignatura pendiente. Quizás uno de los más llamativos es la movilidad. A nadie se le escapa que tener circulando una enorme cantidad de coches prácticamente vacíos no es algo sostenible, máxime cuando usan combustibles fósiles. Un paso hacia adelante es la electrificación, pero no es suficiente. 

Los coches autónomos eléctricos podrían liberar una gran cantidad de espacio urbano

En cambio, incorporar coches autónomos eléctricos funcionando 24h sobre demanda, de modo individual o compartido, junto con el transporte masivo, es una posible solución que cambiaría nuestras ciudades liberando una enorme cantidad de espacio. Un espacio que podría utilizarse en construir nuevos equipamientos, zonas verdes o vivienda de calidad. 

Además, con conducción autónoma eléctrica de origen solar, y por lo tanto muy barata, nos ahorraríamos los atascos constantes a los que estamos acostumbrados en favor de un tráfico mucho más fluido, especialmente si lo combinamos con la implantación del teletrabajo, ya sea total o parcial. 

Los trabajos del futuro

Quizás ahora ya estamos en condiciones de responder a la pregunta que encabeza este artículo. ¿Dónde están los trabajos verdes del futuro? Están en todas partes. En algunos casos, porque se alinean claramente con el modelo de negocio y el modelo operativo de las organizaciones; en otros, será nuestro deber diseñar un mercado donde su mejor interés sea estar alineados con la sostenibilidad. Pero en cualquier de los casos, precisamos de una transformación radical, una intervención social a gran escala que no está sino en nuestras manos. 

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