La rendición de cuentas de las grandes empresas españolas ante los ODS

El Observatorio de los ODS, impulsado por Esade y la Fundación “la Caixa”, analiza el reporte de 101 empresas españolas que cotizan en bolsa.

Equipo Do Better

La divulgación de información no financiera es el principal ejercicio de rendición de cuentas de las empresas hacia sus grupos de interés y puede convertirse en un gran catalizador de inversiones. Permite, además, vincular la estrategia empresarial a la economía sostenible, mejorar su internacionalización, anticiparse a cambios legales... 

El Observatorio de los ODS, impulsado por la Cátedra de LiderazgoS y Sostenibilidad de Esade y la Fundación “la Caixa”, analiza el reporte de 101 empresas españolas que cotizan en bolsa. En este estudio se evalúa la contribución del sector privado a los distintos ámbitos del desarrollo sostenible: sus avances en materialidad, gobernanza, prosperidad, las personas y el planeta.  

Cada vez son más las empresas que divulgan información sobre sus progresos en sostenibilidad. Así, el porcentaje de empresas que reporta información no financiera ha pasado en cinco años del 50% al 87%. Las menciones a los ODS también han crecido: del 26% de 2017 al 65% de 2022.  

Se espera que, a partir de 2024, tras la aprobación de la nueva directiva sobre divulgación corporativa y de los nuevos estándares de reporte en sostenibilidad, se produzca un aumento en el número y la calidad de los informes no financieros. 

En los reportes estudiados en 2022, disminuyen las empresas que mencionan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) respecto al año anterior, pasando del 76 % al 74% de las organizaciones. Además, las menciones son menos ambiciosas: se expone la contribución de la empresa al ODS, pero no se indica qué acciones concretas se han tomado

La doble materialidad 

En los últimos años, ha aumentado el consenso sobre la importancia de la doble materialidad. Esto implica que las empresas no solo evalúen cómo los impactos sociales y medioambientales externos pueden afectar a sus resultados (materialidad financiera), sino también cómo su actividad puede afectar a sus grupos de interés, la sociedad y el planeta (materialidad de impacto).  

En 2022, el 90% de las organizaciones incorporan el análisis de materialidad en sus reportes. Y aunque el análisis de riesgos ESG (Environmental, Social, Governance) está mayoritariamente detallado, a menudo se centra únicamente en los efectos que pueden tener en el resultado financiero, obviando el enfoque de la doble materialidad.  

Dicho enfoque implica que las estrategias de sostenibilidad empresariales han de ser legitimadas por los grupos de interés. En este sentido, la descripción de dichos grupos en los reportes ha mejorado: el 70% de las empresas indica cuáles son estos grupos y el 42% los describe en detalle, incluso definiendo su rol dentro la cadena de valor. 

Sin embargo, la cantidad de empresas que incorporan la participación directa los grupos de interés en su análisis de materialidad ha caído del 53% al 30%, pese a que su inclusión ofrecería a las empresas una perspectiva alternativa que permite comprender mejor sus impactos sobre la sostenibilidad

Hacia una mejor gobernanza 

La incorporación de criterios sociales y medioambientales en la misión empresarial muestra la voluntad de la empresa por integrar la sostenibilidad en el modelo de negocio. Sin embargo, tan solo el 32% de las empresas incluye en ella criterios sociales y el 18%, criterios medioambientales.  

El informe destaca que solo el 40% de las empresas cuentan con un departamento de sostenibilidad, un porcentaje que ha aumentado este año en 11 puntos. Con respecto a la equidad de género, se observa en 2022 una mayor proporción de mujeres en los consejos de administración (31%) y en los niveles directivos de la empresa (24%), aunque todavía insuficiente

En cuanto a la presencia de consejeros independientes, únicamente un tercio de las empresas cumplen con el umbral mínimo del 50% aconsejado por la CNMV para un buen gobierno corporativo. Los autores señalan que su opinión, libre de conflictos de interés, repercute positivamente en una mayor transparencia y menos corrupción. 

Por otro lado, aunque la nueva directiva europea (CSRD) exige la presentación de reportes auditados, el número de empresas que se someten a auditoría ha disminuido hasta el 62%. Asimismo, el reporte con matriz auditada, que describe el progreso de cada indicador, apenas es presentado por el 3 % de las empresas.  

Elementos de prosperidad 

En general, la cantidad de empresas que informan sobre mejoras relacionadas con la digitalización se ha reducido, aunque con diferencias importantes entre sectores. Mientras que el tecnológico, el financiero y el de servicios de consumo mejoran, el inmobiliario, la industria, la construcción y el de bienes de consumo empeoran. 

La digitalización contribuye al cumplimiento de los ODS, pero también puede provocar consecuencias negativas como la pérdida de empleos, el ensanchamiento de la brecha digital o el menoscabo de la privacidad. Por ello, el informe llama a analizar los impactos subyacentes a la digitalización y minimizar los posibles desequilibrios

En 2022 ha incrementado el porcentaje de empresas que definen su estrategia de economía circular hasta el 81%. Además, la mitad de las empresas explican detalladamente y en profundidad sus estrategias. El reciclaje sigue siendo la medida más reportada por las empresas, seguida de la reutilización y la reducción. Por el contrario, la reparación y la refabricación se quedan a la zaga.  

Frente a las personas y el planeta 

Casi todas las empresas informan de la existencia de políticas de género, pero solo el 26% lo hace con datos concretos y detallados. Ambos porcentajes representan un retroceso con respecto al año anterior. Asimismo, solo cuatro de cada diez dicen disponer de políticas para suprimir la brecha salarial a pesar de que las organizaciones de más de 50 empleados están obligadas a reportarlas desde 2022. 

En cuanto a las políticas de conciliación, el estudio muestra que el 25% de las empresas no tiene una estrategia al respecto. De igual forma, el 39% tampoco reporta políticas contra el acoso laboral.  

Respecto a los reportes sobre el impacto en el planeta, hay ligeramente menos empresas que notifican una reducción del consumo de electricidad y de emisiones de carbono. Sin embargo, ha aumentado el porcentaje de empresas (30%) que se han sumado a la iniciativa Science-Based Targets (SBTi), que tiene como objetivo proporcionar estrategias para reducir las emisiones GEI. 

Se incrementa muy significativamente, del 65% al 92%, las empresas que manifiestan consumir algún tipo de energía renovable. Sin embargo, la mayoría no detalla qué fracción supone con respecto a su consumo total.  

Por contra, las emisiones de alcance 3 (que incluyen todas las emisiones a lo largo de la cadena de valor), siguen siendo reportadas por un porcentaje insuficiente, el 47% de las empresas.  

De las 101 compañías, solo 1 ha informado detalladamente sobre su protocolo de gestión de residuos peligrosos. En cambio, las empresas que dicen aplicar políticas para reducir la huella de carbono y proteger la biodiversidad aumentan, aunque sin detallarlas

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